Revelaciones de Jesús a María Valtorta acerca del Purgatorio.

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Mateo 5:25-26
25 "𝑷𝒐𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒂𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒖 𝒂𝒅𝒗𝒆𝒓𝒔𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒏𝒕𝒐, 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕á𝒔 𝒄𝒐𝒏 é𝒍 𝒆𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐, 𝒏𝒐 𝒔𝒆𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍 𝒂𝒅𝒗𝒆𝒓𝒔𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒕𝒆 𝒆𝒏𝒕𝒓𝒆𝒈𝒖𝒆 𝒂𝒍 𝒋𝒖𝒆𝒛, 𝒚 𝒆𝒍 𝒋𝒖𝒆𝒛 𝒂𝒍 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒂𝒄𝒊𝒍, 𝒚 𝒔𝒆𝒂𝒔 𝒆𝒄𝒉𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒄á𝒓𝒄𝒆𝒍..."
26 "𝑫𝒆 𝒄𝒊𝒆𝒓𝒕𝒐 𝒕𝒆 𝒅𝒊𝒈𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒔𝒂𝒍𝒅𝒓á𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒍𝒍í, 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒂𝒈𝒖𝒆𝒔 𝒆𝒍 ú𝒍𝒕𝒊𝒎𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒅𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆."
"El evangelio como me ha sido revelado".(Cap-635)
"Socorred a los hermanos que purgan. De la misma manera que he dicho que las obras de misericordia corporales os conquistan un premio en el Cielo, también he dicho que os lo conquistan las espirituales. Y en verdad os digo que el sufragio para los difuntos, para que entren en la paz, es una gran obra de misericordia, por la cual Dios os bendecirá y os estarán agradecidos los beneficiarios del sufragio. Os digo que cuando, en el día de la resurrección de la carne, estéis todos congregados ante Cristo Juez, entre aquellos a quienes bendeciré estarán los que tuvieron amor por los hermanos purgantes ofreciendo y orando por su paz".
Los Cuadernos. 24 de octubre de 1944
Son las 6 y 15; por la ventana entran las primeras luces del día.
Escribo con dificultad lo que Jesús me dicta:
«Se avecina el mes dedicado a los difuntos. Ruega por ellos de este
modo:
"¡Oh, Jesús!, que con tu gloriosa Resurrección nos has mostrado
cuáles serán en la eternidad los 'hijos de Dios', concede la santa resurrección
a nuestros seres queridos, muertos en tu Gracia, y a nosotros,
cuando llegue nuestra hora.
Por el Sacrificio de tu Sangre, por las lágrimas de María, por los
méritos de todos los santos, abre tu Reino al espíritu de esos muertos.
¡Oh, Madre, cuyo tormento cesó en el alba pascual ante El que
había resucitado; cuya espera para reunirse al Hijo culminó en el júbilo
de su gloriosa Asunción!, consuela nuestro dolor liberando de
las penas a quienes amamos aún más allá de la muerte, y ruega por
nosotros que esperamos la hora de volver a encontrar el abrazo de
los que perdimos.
¡Oh, mártires y santos que os regocijáis en el Cielo!, dirigid una
mirada suplicante a Dios y una fraterna a los difuntos que están expiando
la pena, para rogar al Eterno por ellos y para anunciarles:
'Hete aquí, la paz se manifiesta para vosotros'.
¡Oh, dilectos nuestros que no hemos perdido, amados nuestros de
los que sólo estamos separados!, que vuestras plegarias sean para
nosotros el beso que añoramos y cuando, por nuestros sufragios, seáis
libres en el beato Paraíso con los santos, protegednos amándonos
en la Perfección, unidos a nosotros por la invisible, por la activa y
amorosa Comunión de los Santos, que anticipa la perfecta reunión de
los 'benditos', la reunión que nos concederá el deleite de la vista de
Dios y, además, nos permitirá encontraros como os conocimos, pero
enaltecidos por la gloria del Cielo"».
Audiolibro extraído del Cuaderno de 1943, días 17 y 21 de octubre y del Cuaderno de1944, día 24 octubre.
Enlace de interés: "El Evangelio como me ha sido revelado" de María Valtorta. • El Evangelio como me h...
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