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Riópar viejo tiene dos cementerios. Uno, el Campo Santo, donde yacen la mayoría de cuerpos enterrados en tumbas convencionales, y otro, en lo más alto de la montaña, en una zona abandonada muy cerca del Campo Santo pero separada del mismo, donde yacen dispersas varias tumbas, algunas enterradas directamente en el suelo, sin lápida, y con sólo una cruz clavada en la tierra como señal de que ahí se encuentra enterrado el cuerpo de una persona, la cual, según cuentan, por no ser considerado un verdadero cristiano, no merecía ser enterrada en el cemeterio oficial. Pues bien, algunos aseguran haber visto luces extrañas por la noche en lo alto de dicho cementerio, y otros sucesos misteriosos que le dan, aún más si cabe, un toque tétrico a este precioso pero aterrador lugar.