Documental bien documetado, con una interpretación enfática hacia los arsetanos y consiguiente exageración de sus logros, como si pudieran medirse con la infantería y la caballería de las grandes civilizaciones de la época de la segunda guerra púnica, especialmente forzada en el tema de la muralla ibérica que no pudo ser concebida para la defensa del ataque de uno de los mejores ejércitos, com o fue el comandado por Aníbal: elprimero que pisó Iberia. Y otra cosa: extramuros hubo adecuaciones y sendas de muy distintas épocas, corrales de ganado, construcciones para aperos..., de entre las debidas a la guerra de la Independencia (1808-1814) no son desdeñables: no toda piedra escuadrada es susceptible de lectura ibero-púnica, ni tan siquiera romana.
@enriquejaviermartinezlopez19963 жыл бұрын
Estimada Carmen, en primer lugar, quiero agradecerle la atención prestada, siendo consciente de que su tiempo es extraordinariamente valioso, y de que sus comentarios constituyen críticas razonadas y razonables. Acepto que he cometido algunas exageraciones, sobre todo en la parte final, con el “Sagunto, capital de Iberia”, que, en cualquier caso, sólo sería algo simbólico, nunca político-administrativo, ya que es evidente que los iberos nunca conformaron una unidad estatal. No obstante, quiero hacer algunas puntualizaciones: Respecto a la capacidad bélica de los iberos, no es el lugar ni el momento de reeditar la polémica entre Gracia, Moret y Quesada, pero en el documental nunca se dice que los arsetanos están en condiciones de enfrentarse en batalla campal con la infantería y la caballería de Aníbal. Los arsetanos eran conscientes de su propia inferioridad y, precisamente por ello, deciden refugiarse y resistir dentro de la ciudad. Según las fuentes más importantes y tempranas (Polibio y Tito Livio), Sagunto resistió, durante ocho meses, el asedio activo -esto es con máquinas y trabajos de asedio- de Aníbal Barca. A mi juicio, es una hipótesis de trabajo mucho más verosímil plantear que lo hicieron gracias a sus poderosas defensas antes que a su “astucia”. Cabe añadir que el Ejército púnico operaba en Iberia desde el año 237 a.C., cuando desembarcó comandado por Amílcar Barca. A pesar de los éxitos cartagineses, la resistencia ibera no debe ser menospreciada, pues Amílcar resultó muerto en combate y su sucesor, Asdrúbal el Bello, se inclinó por la diplomacia antes que por la guerra. Por tanto, los arsetanos contaron con dos décadas -desde el 237 hasta el 219 a.C- para adecuar sus defensas a las exigencias de la poliorcética helenística. La expansión cartaginesa les proporcionó el acicate y sus contactos comerciales mediterráneos los conocimientos y los recursos. Respecto al recinto amurallado arsetano, si su hipótesis defiende una superficie de 8 ha y la mía de 100 ha, es evidente que, desde su punto de vista, yo exagero y, desde el mío, usted minimiza. No obstante, respecto a la acrópolis, me gustaría destacar dos elementos clave: - Considero improbable que los iberos pro indiviso tuvieran artillería, discutible que los arsetanos -los más mediterráneos de los iberos- la poseyeran, pero seguro que la poseyó Aníbal, de tal manera que el límite oriental de la ciudad no puede estar en la parte baja de la Plaza de Estudiantes, porque dejar a los púnicos ocupar las Plazas de Armas y Almenara, situadas a mayor altitud equivaldría a la inmediata defunción de la resistencia, obviamente incompatible con el relato de un asedio tan prolongado. - Respecto al límite occidental, en la ladera que une la Lloma de les Basses con el Barranc del Cuiro existen restos murarios, de realidad inequívoca. Naturalmente, acepto que, sin una excavación arqueológica, no se pueden datar con seguridad. Pero su mera existencia indica que, en algún momento, el recinto amurallado se extendió más allá del límite occidental de la propuesta Martí Bonafé/Aranegui. Considero, además, que, por su morfología, ha de ser una muralla antigua antes que medieval, moderna o contemporánea. Para mí es muy importante aclarar que esta discrepancia, el hecho de que yo niegue validez a su propuesta de recinto ibero, por lo que se refiere al siglo III a.C., el momento de máximo esplendor de la ciudad ibera, no es -ni mucho menos- una enmienda a la totalidad. Es decir, por un lado, aprecio su trabajo -usted es la que ha proporcionado buena parte de la documentación que yo he utilizado, con sus excavaciones en el Grau Vell, con su estudio sobre los hornos iberos de la comarca, con el análisis de la falcata decorada, etc.- y, por otro, reconozco su prestigio internacional, fruto de muchos años de trabajo, desde su comisariado en la exposición internacional de los iberos hasta la dirección de las campañas de excavaciones de Lixus, pasando por tantos años de docencia y cientos de publicaciones. Por si todo esto fuera poco, en Valencia hemos tenido la fortuna de contar con una serie de arqueólogas extraordinarias como Milagros Gil-Mascarell, Helena Bonet, Consuelo Mata y usted misma que han abierto brecha en un mundo hasta entonces dominado exclusivamente por hombres. Doble mérito. En cualquier caso, el debate es enriquecedor e inherente a las Ciencias Sociales. Espero que goce de excelente salud y que salgamos pronto de la pesadilla del Covid. Si las circunstancias lo permitieran y usted lo deseara, sería estupendo, y extraordinariamente enriquecedor para mí, poder tener un intercambio de ideas in situ. Mi aspiración científica es la de nutrirme de los mejores argumentos. Naturalmente, estoy abierto a modificar mi posición si nuevas evidencias y argumentos así lo aconsejan. Desde la discrepancia, a la que nos lleva nuestra honestidad intelectual, le envío, estimada profesora, mi agradecimiento, respeto y reconocimiento.