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Cuanta nostalgia este tercer fin de semana del año. Añoranza de Hoguera, de replique de campanas y bullicio. Triste y oscura nuestra ermita. No hay banderitas en las calles, ni olor a humo ni a pólvora. La Exquisitez en los hornos de nuestro barrio, un calandajo de la Pura, o un rosquillo de "anca" Paco, o una magdalena de la Maribel, con un buen chocolate de la churrería de San Antón, las echaremos en falta en la noche oscura de la hoguera, pero que no faltarán en cada hogar del arrabal. Que orgullo ser de este barrio, el que comienza el año con la fiesta de nuestros patrones, donde comienza nuestra histórica Semana Santa, con la procesión de las palmas o nuestra calle de la Virgen con la honra de recibir a nuestra Madre cada primavera, nuestra fiesta de la Virgen de Gracia, o las carrozas, la partida de nuestra patrona a su Santuario o la cabalgata de Reyes, cuantos recuerdos colman nuestra mente de momentos entrañables vividos alrededor de nuestra ermita. Cuantas anécdotas de nuestros abuelos, tíos y hermanos de San Antón, aquellos que guardan su mejor boina para la ocasión, para lanzarla a la hoguera, personas que poco a poco se van, pero su esencia perdura por nuestras calles. Humo, pólvora, rebaños de ovejas, ladridos, frío, trotes de caballo, y algún que otro pasodoble ambientan nuestra fiesta.
Replican las campanas, pues comienzan las novenas, que emoción, se aproxima la gran hoguera de San Antón, nuestra rifa o la subasta del gorrino, la bendición de los animales y nuestra solemne y fría procesión.
Triste y apartado nuestro hermoso San Sebastián, el principal patrón de nuestra ermita, pero con la misma ternura le festejamos.
Añoranza y tristeza siente nuestro barrio, pero con devoción nos encomendamos a San Antón, San Sebastián y Nuestra Virgen de Gracia, para que pronto vuelvan estas grandes fiestas. Feliz día.