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La misa melódica de Alejandro Mejía Pereda es una obra que no deja de escucharse en las iglesias de México. Tanto así, que yo diría que no es posible que un organista de iglesia no la haya leído en algún momento de su vida.
Aún así, la misa entera no es una pieza tan accesible a la persona que apenas se está iniciando, contiene una escritura a cuatro voces que alterna a una más libre, y demanda varias técnicas no muy triviales de ejecutar limpiamente. Esto contrasta con la facilidad de la melodía, como prueba de esto tenemos que el pueblo las tiene muy bien interiorizadas, aunque originalmente la melodía se reparte entre cuatro solistas y la asamblea.
En lo que respecta a la primera pieza, que es el piedad, vemos una introducción de cuatro compaces con la secuencia armónica por cuartas (que va a ser muy recurrente en toda la misa). Despúes de esta romántica introducción está la frase repetida del piedad, antes del cristo he retardado bastante el tiempo y cambiado las figuras rítmicas, esto es una licencia que tomo por conveniencia, ya que muchas veces no se toca la pieza continuamente.
Un punto interesante es el "da capo al fine" que está al final de la pieza, este lo omito por dos razones; una es que jamás en mi vida lo he escuchado así, y creo que me van a dar miradas extrañas si lo hago. La otra es que es muy inusual repetir la introducción de una pieza, para después terminar en el punto medio sin más.
Como una nota final la registración que he usado es una bastante sobria, no sé si es lo usual, pero considero que crea un mejor contraste con la pieza siguiente que es el gloria. Así además se ve con mucha claridad la conducción de las voces, que se debe lucir especialmente al inicio.