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ROSARIO DE LOS SIETE DOLORES
En las apariciones de la Virgen María reconocidas por la Iglesia, en el continente Africano, concretamente en Kibeho (Ruanda), a una de las videntes le enseñó a rezar la Corona de los Siete Dolores. Pidió que se diera a conocer esta corona por todo el mundo, "porque en muchos lugares ya no se conoce ni se reza". Los martes y los viernes son los días en que la Madre de Dios pidió que se rezara la corona; pero evidentemente, se puede rezar cada día. Esto no quiere decir que se suprima el rezo normal del santo rosario.
Origen de la devoción de los 7 Dolores de la Virgen
La devoción a los Siete Dolores de la Virgen María tiene su origen en diversas revelaciones privadas. En efecto, Ella comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373):
"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hoy quien se compadezca de Mí y medite mi dolor; mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mi que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan POCOS los amigos de Dios."
Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que diariamente la honren, rezando siete Avemarías mientras meditan en sus lágrimas y dolores:
1. Yo concederé la paz a sus familias.
2. Serán iluminados en cuanto a los divinos Misterios.
3. Los consolaré en sus penas y los acompañaré en sus trabajos.
4. Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
5. Los defenderé en sus combates espirituales contra el enemigo infernal y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.
6. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
7. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores), sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados y mi Hijo y Yo seremos su eterna consolación y alegría.
Igualmente, según San Alfonso María Liguorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima..
1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.
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