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*«Sol la Sadiqa», historia en romance de la joven mártir Sol Hachuel (Tánger, 1817 - Fez, 1834)
*Versión: Coro Amadeus-IN
*Fuente melódica: Mara Aranda, 2017 [CD, Bureo Box].
*Coro Amadeus-IN
*Solistas por orden de aparición: Sara Martínez; Clara Bermejo; Paula Alonso y Sonsoles Mª. S. Kárpova
*Asistente vocal: Celia Sánchez del Río
*Piano (canción e improvisación final): José Luis Pérez Romero
*Director: Alonso Gómez Gallego
*Proyecto Singing in a Choir 2023 (Amadeus & FECOEX) en colaboración con Amadeus Choir Project 2023 y The Children Singers 2023
*Iglesia parroquial de San Andrés, Badajoz
*Concierto celebrado el 2023-06-25
*Toma audio (directo): Coro Amadeus (J. Muela)
*Imagen: Coro Amadeus (Maxi Ortega)
*Fuente de los textos: wikipedia (es.wikipedia.o...)
*Aquí os dejamos nuestra partitura para que también la puedas cantar en clase o con tus compañeros del coro: ftp.indiccex.e...
Concierto patrocinado por el Instituto Extremeño de Canto y Dirección Coral, la Asociación Coro Amadeus de Puebla de la Calzada, y la Federación Extremeña de Corales.
Sol Hachuel (la Saddiqa, 1817-1834) fue una heroína judía ejecutada públicamente cuando solo tenía 17 años en Marruecos. Recibió la pena de muerte por supuesta apostasía del islam, si bien nunca se convirtió a dicha religión. Una vez comentó: «Judía nací, judía deseo morir…».
......
Historia de Sol Hachuel:
Sobre la base de una única afirmación, probablemente falsa, Hachuel fue llevada ante la corte y obligada a arrodillarse frente al gobernador. El pachá la amenazó: Si prometía convertirse al Islam recibiría protección, sus padres oro y seda, y sería arreglado su matrimonio con un apuesto joven. Si no lo hacía…
-«Te cargaré con cadenas…, haré que las bestias salvajes te rompan en pedazos, no verás la luz del día, padecerás hambre y experimentarás el rigor de mi venganza e indignación por haber provocado la ira del profeta».
Ella le respondió:
-«Pacientemente soportaré el peso de las cadenas, daré mis extremidades para que sean destrozadas por los animales salvajes, renunciaré para siempre a la luz del sol, pereceré de hambre, y cuando todos los males de la vida se acumulen en mí por tus órdenes sonreiré ante tu indignación y la ira de tu profeta, ya que ni él ni tú habrán podido vencer a una mujer débil. Está claro que el cielo no es propicio para hacer prosélitos a su fe.»
Fiel a lo prometido, el pachá ordenó encerrarla en una celda sin ventanas ni luz, con cadenas al cuello, manos y pies. Tal vez fue torturada. Sus padres solicitaron la ayuda del vicecónsul español, pero finalmente la enviaron a Fez para que el sultán decidiera su destino.
Una vez allí se eligió un cadí para que determinara el castigo. Este convocó a los sabios judíos y les dijo que Sol debía convertirse, y que si no lo hacía ella sería decapitada y la comunidad castigada. Los hakhamin instaron a la joven a convertirse, también lo intentó el hijo del sultán, sorprendido por la belleza de Sol. Y tanto fue así que este último incluso le ofreció matrimonio si accedía. Sin embargo, Sol se mantuvo firme a su creencia y finalmente fue condenada a muerte, y decapitada en una plaza pública de Fez.
Cuentan los cronistas que el día de la ejecución lo judíos de la ciudad se conmovieron con la más profunda pena, pero que no pudieron hacer nada por evitar el fatal desenlace.
Al parecer, el sultán había dado instrucciones al verdugo para que, antes de matarla, primero la hiriera con la esperanza de empujarla al arrepentimiento.
Tanto la comunidad musulmana como la judía de Fez quedaron asombradas por el heroísmo de la muchacha que nunca renunció a la ley de Moisés. Sus padres aún tuvieron que pagar por la recuperación de su cadáver, de su cabeza y de la tierra con la sangre derramada para que pudiera llevarse a cabo el entierro judío (la inhumación judía exige que no falte ninguna parte corporal). Finalmente fue declarada mártir.
Los judíos llamaron a Sol Hachuel «Sol ha-Tzaddikah» (Sol justa) y los musulmanes «Lalla Suleika» (dama Suleika). Su tumba se convirtió en lugar de peregrinación de musulmanes y judíos.
Su lápida tiene dos inscripciones, una en hebreo y otra en francés. El texto francés dice:
«Aquí descansa la señorita Solica Hachuel nacida en Tánger en 1817 y se negó a entrar a la religión islámica. Los árabes la asesinaron en 1834 en Fez, mientras ella había sido arrancada de su familia. El mundo entero está de luto por esta niña santa».