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Dicen que es el mayor espectáculo del mundo y sin duda una tarde de circo es todo un espectáculo. Y este, quizás lo es aún más, por toda la tradición que lleva. Dirigido por Ramón Sacristán que hasta los catorce años vivió en Bilbao, ofrece toda una variedad números que bien pautados y con el ritmo adecuado, hacen que las dos horas sean muy dinámicas.
Y aunque la figura típica del maestro de ceremonias es sustituido por engoladas voces que con atractivos efectos, sitúan al espectador en lo que acontecerá en la carpa. La música, las luces, el humo darán paso a los acróbatas con una gran capacidad de concentración, equilibrio y fuerza.
Es difícil innovar y sorprender, pero el reparto de equilibristas, volatineros, trapecistas sin trapecio, pero si con barras verticales. El ingenuo payaso que sabe con pocos elementos y mucha imaginación, asombrar a un público que esta tremendamente estimulado y en sobre aviso por todas las imagen que diariamente consumimos.
Stellar Circus que acoge a la sexta generación de gente del circo, sigue teniendo la esencia ilusionar y encantar. Renovando números y artistas. Fascinando y entusiasmando a criaturas y mayores con ganas de disfrutar.
En su corta trayectoria como Stellar Circus, recordar como dije que Ramón Sacristán es hijo del gran Ramón quien fuera payaso, músico, mago, actor director de numerosos circos como el Circo Tokio, El Ideal o el Gran Circo Holiday. Ramón hijo, auqnue antaño ejerciera de faquir, de payaso y estuviera con tigres, avestruces y demás, es un auténtico prestigiador de la logística y de un lado para otro hace cábalas para el mayor espectáculo del mundo siga en pie.
Veas donde veas anunciado Stellar Circus, ahora con Antárctica, antes con Somnia y primero con Gravity es un auténtico show. Y lo es porque en el veras disciplina, perseverancia, comunicación, buena presencia mucha vistosidad que rebosara por tu ojos.
Admiro profundamente a la familia y personas que trabajan en el circo. Las admiro por la capacidad que tiene con su sacrificado trabajo ilusionar al público.
No quisiera viendo estas imágenes olvidarme de las personas que han dado su vida por el circo. Porque el circo es vida en vivo y en directo, sin efectos ni filtros.
Jabier Calle, 4 marzo DOSMIL23