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Como mujeres y madres si ya estamos en el estatus de suegra, o lo somos en potencia que, lleguemos a tener una muy buena relación con nuestros hijos, nueras o yernos. Que no lleguemos a ser esas suegras absorbentes, o esas "madres pulpo" que van mostrando los tentáculos poco a poco, hasta terminar ahogando a los cónyuges de tus hijos, o tal vez haciéndote la víctima para llamar la atención; o la banquera para cobrar bien caro por su ayuda, como por ejemplo prestarle un dinero para que inicien un negocio y pasar el resto de la vida echándolo en cara o mantener la pareja en su casa a un costo muy alto para ellos, por su continua injerencia en sus vidas y en las de sus nietos; o la narcisista, que busca vivir de su hijo y suele depender de él, porque se cree la legítima merecedora de tal sosten o de su permanente compañía, porque tiene la fijación de que su hijo la va a abandonar o en el peor de los casos, la descalificadora, cuya frase de cabecera suele ser: "No vas a poder", "Lo que haces no está bien", "No eres la mujer que yo esperaba para mi hijo", pues constantemente está emitiendo excusas y mensajes pesimistas.