T01P09 Paul Schreber. La última enfermedad de los nervios

La locura desde dentro (Temporada 1 - Curso 2022)
Tema 01: Paul Schreber
Parte 09: La última enfermedad de los nervios
Por el Dr. José María Álvarez - Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid (España).
Fecha: 30 de marzo de 2022
Casi cinco años después de haber salido del manicomio de Sonnenstein (Pirna, Dresde), cuando contaba 65 años y llevaba una vida más o menos serena junto a su esposa Sabine y su hija adoptiva Fridoline, el magistrado jubilado Dr. Schreber volvió a enloquecer gravemente.
Conforme a lo que sabemos por los estudios publicados por F. Baumeyer, Z. Lothane, D. Devresse, H. Israëls, J. Quackelbeen y otros, se dieron tres sucesos propiciatorios de la última crisis, todos ellos sobrevenidos en 1907. En primer lugar, la muerte de la madre, cuando contaba 92 años, hecho que obligó a Paul Schreber a un intenso trabajo con los asuntos testamentarios y volvió a dormir mal algunas noches. En segundo lugar, el ataque de apoplejía de su mujer, Sabine, de 50 años, que la dejó sin habla durante cuatro días y a él le ocasionó noches de insomnio y la sensación de que iba a enfermar de nuevo. Por último, el pronunciamiento al que se vio comprometido sobre el uso más legítimo del apellido Schreber por parte de las “Schrebervereinen”. Muerta la madre, Pauline, como su testamento no estaba muy claro en lo tocante a las cuantías destinadas a las Asociaciones Schreber, éstas se enzarzaron en un áspero litigio por la disputa del auténtico y legítimo uso del apellido Schreber. El día 1 de noviembre de 1907, Paul Schreber concluyó su “Erklärung” (Declaración). Veintiséis días después, el 27 de noviembre, acompañado de una de sus hermanas (presumiblemente Klara), ingresó en el hospital de Leipzig-Dösen (un hospital para enfermos mentales situado en a las afueras de Leipzig y que había sido inaugurado en 1901; actualmente está abandonado), donde permaneció los siguientes tres años y medio hasta su muerte, a los 69 años.
Se conserva un historial médico de varias páginas sobre esta fase de su enfermedad. Pero el Dr. Schreber apenas hablaba. Se había ido muy lejos, a un mundo muy distante lleno de demonios y espíritus. Aunque estaba profundamente melancólico, ensimismado y enloquecido, de tanto en tanto garabatea algunas letras en un cuaderno de notas. Una de ella decía: “[Ich] bin ewig verdammt” (estoy eternamente condenado), la fórmula melancólica por excelencia. Y quizá en la última que garabateó, se lee, en subrayado, “Unschuldig” (inocente), es decir, el mismo término con el que había descrito su posición (paranoica) frente a la maldad esencial del Otro, al inicio de su delirio. Para que luego digan que la locura es un disparate, un capricho o una estupidez. La locura es demasiado rigurosa, desgraciadamente.
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[@AnaRodriguez-ry8ix]

Gracias. Hasta el miércoles próximo 🙏

[@ArcangelSamuelle]

Lacan en su tesis doctoral citando a Chesterton: “el loco ha perdido todo menos la razón”. Gracias siempre por subir las clases y saludos desde México.

[@cesaralbertobocanegrablanc6167]

Siempre rigurosísimo José María Álvarez. Logrando una transmisión impecable de los fundamentos de la psicopatología, con miras a decantar los mejores usos de esos conocimientos en el campo que más importa: el de la psicoterapia. EXCELENTE Y MEDIO!!! Gracias siempre.

[@MariaBautista-uz8vm]

Gracias por su excelente exposición Dr. José María, saludos desde México

[@BenjaMin-cy6ug]

Presente desde Asunción

[@nievesadela2472]

El Dr. Schreber, entre otros motivos, deliro con alumbrar lxs hijxs que nunca concibieron Hoy día hay un amplio abanico de trastornos y sufrimiento mental de personas con dificultades para concebir y con años en procesos de fecundación