Рет қаралды 374
El canon mexicano ha repetido hasta el cansancio el tema del gris perla como carácter distintivo del temperamento poético nacional. A mi me parece una chaqueta entre compas que se ha vuelto eco en las escuelas. El clavo es que se ha ninguneado la épica en ese esquema, como de juguetería, por poner un ejemplo contundente y nacionalista.
Esta narrativa conjetural del padre Angel M. Garibay es ejemplar en ese sentido. Es un rompecabezas arqueológico de un poema que intuyo, antiquísimo. Garibay sustenta la epopeya en la definición aristotélica, en pocas palabras, realidad exaltada en entusiasmo, exaltación que tiende un puente ente los seres y acontecimientos sobrehumanos y la Historia, pura y arcillosa. Si mal su "Épica nahuatl" precede al cuajo que hoy nos da idiosincracia, si rebela contra el castellano los arcos plenipotenciarios de una lengua madre que aunque moribundea, sigue rayendo la raíz de cuanto mito, pasado y futuro, se inventen sobre esta tierra.
Como sea, si me da la flojera o alguien lo ocupa, pondré las fuentes del poema, pero al disfrute, al disfrute.