TOLEDO (CASTILLO DE GUADAMUR)

Guadamur es un municipio situado cerca del centro geográfico de la provincia de Toledo, en la comarca de los Montes de Toledo, a unos 16 km al sur de la capital. Al este de esta villa se localiza el castillo del mismo nombre, rodeado de arbolado, en lo alto de un pequeño promontorio conocido como cerro de la Natividad o cerro de la Ermita, ya que allí, junto al castillo, se encuentra la ermita mudéjar de la Natividad, del siglo XIII, de construcción anterior al castillo, la cual podemos contemplar en las imágenes. El entorno principal donde se asienta el precioso castillo de Guadamur lo conforma un pequeño pinar que hay que atravesar para acceder a su foso y puente levadizo. Ya desde lejos impacta la figura y la altura de la torre del homenaje, dominando el territorio y encandilando con su belleza.
El edificio lo mandó construir hacia 1468 el I conde de Fuensalida, Don Pedro López de Ayala, que usaría como residencia fortificada. Fue construido para afianzar la protección de la zona, múltiples veces asediada entre 1446 y 1521. Era asimismo sitio de descanso y de caza, aunque fue ideado como refugio seguro próximo a Toledo en caso de que los acontecimientos políticos así lo aconsejaran.
En la Taifa de Toledo del siglo XI decidieron construir torres vigía alrededor de la capital. Una de ellas era la pequeña torre de Guadamur, donde cuentan que vivía Zayda, la hija del rey taifa de Toledo. Y fue en este solar donde se construyó el castillo de Guadamur, obra, parece ser, del arquitecto Juan Guas, al que D. Pedro López de Ayala le puso como uno de los principales objetivos del castillo que pudiera ser una defensa ante los cañones.
De inspiración italiana, esta fortaleza es un magnífico ejemplo, bien conservado, de los castillos residenciales del siglo XV propios de la provincia de Toledo. Habitado en la actualidad, podemos apreciar el estético resultado de las influencias del arte italiano en su arquitectura.
El castillo se construyó en varias fases, la primera de ellas hacia 1470 y la segunda hacia 1520. En esta segunda fase se construyeron un segundo cuerpo de palacio, una barrera exterior defensiva y un foso. Ya observamos los elementos defensivos del castillo, como el talud que tiene el muro, la barbacana, con un grosor de cuatro metros (con el refuerzo de gradas por detrás), el esperonte, triángulo adosado al muro para defensa de los cañones, las troneras (ventanitas circulares), las saeteras (aberturas verticales y estrechas) y las almenas, que en este castillo tienen forma de peón de ajedrez.
El castillo se compone básicamente de un patio/palacio cuadrangular, con un diseño exterior único en forma de estrella de cuatro puntas. Cuenta con dos recintos amurallados y un foso que en origen tenía un puente levadizo defendido por dos cubillos y un matacán sobre la puerta. Posee también escarpa y contraescarpa, y baluartes y defensas cilíndricos adosados a sus ángulos y paños. La fortaleza cuenta, además de las tres torres angulares, con una impresionante torre del homenaje cúbica de dos cuerpos superpuestos. Esta torre, que se yergue airosa sobre el conjunto, está provista de canes triples y adornada con seis garitones decorados con ménsulas circulares con labor de perlas y pirámides. El conjunto está coronado con matacanes ornamentados por la misma sarta de perlas.
Esta maravilla arquitectónica perteneció a los Ayala durante toda su historia, y posteriormente a otras familias de la nobleza. Tras varios incendios, el castillo fue reconstruido. Su actual propietario es Venancio Sánchez, un empresario madrileño que lleva más de dos décadas (desde que lo adquirió) restaurando el castillo bajo las órdenes del historiador e investigador Edward Cooper.
A los pies del castillo se encuentra el caserío de Guadamur, municipio de 1.784 habitantes (2020) cuyo origen lo podremos encontrar en la época árabe. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI (1085), el poblado de Guarrazar, primero visigodo y posteriormente árabe, desapareció, trasladándose la población a la actual Guadamur, consolidándose desde entonces como población estable. De hecho, su topónimo deriva del árabe, que viene a decir “río de paso”.
Precisamente ese “río de paso” fue el causante de que a principios del pasado mes de septiembre Guadamur sufriera unas impresionantes inundaciones producidas por una DANA procedente del Mediterráneo. Todas las aguas caídas en los municipios vecinos se acumularon en Guadamur, más las caídas in situ. Un metro de altura fue suficiente para arrastrar coches, farolas…, y dejar sin hogar, por un tiempo, a 200 familias. Después de la tormenta viene la calma, y gracias a la participación de todos los vecinos, Guadamur vuelve a sonreír y a brillar con luz propia bajo la atenta mirada de su precioso castillo.
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