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Sala Xochipilli, Facultad de Música, UNAM.
2 de diciembre de 2024
Tomás Higuera Hernández, Piano.
Anikó Krisztina Deli, reducción orquestal.
-El viento sobre la llanura Preludios Libro I. No.3
-La puerta del Vino Preludios Libro II. No. 3
-Para las sonoridades opuestas Estudios Libro II. No. 10 y
-Fuegos de artificio Preludios Libro II. No.12
Los 24 preludios, en dos tomos de 12 piezas, ocupan un lugar importante en la obra de Debussy. Escritos entre 1909 y 1913, en ellos Debussy perfecciona su paleta de sonoridades impresionistas en el piano. La tercera pieza del primer libro de preludios, El viento sobre la llanura es una evocación a la naturaleza a través de los sonidos del piano donde, desde el inicio, un movimiento invoca el flujo constante del aire que bien podría recordarnos el viento y sobre cual aparece una melodía atractiva y campirana.
Se comenta que para componer La Puerta del Vino tercer preludio del segundo libro Debussy se inspiró sobre una postal que recibió por parte del compositor y gran amigo español Manuel de Falla, esta llevaba dibujada este famoso lugar del Palacio de la Alambra en Granada, España. La intrigante pieza se desarrolla sobre el ritmo de la habanera y escuchamos una clara influencia española e incluso algunos rasgueos de las guitarras flamencas, junto a melodías árabes que seducen y embriagan al oído.
Los estudios como género musical tienen un lugar muy importante dentro del repertorio pianístico, se emplean comúnmente con el fin de aprender y mejorar algún recurso técnico complejo, sin olvidarse de la música y expresividad. El Estudio para las Sonoridades Opuestas, el décimo de los Doce Estudios de Claude Achille Debussy compuestos en 1915, es una composición llena de colores y texturas que deleitan al oído y pone a volar la imaginación. La obra exige un manejo de instrumento distinguido que nace a partir de la búsqueda de las diversas sonoridades que el compositor busca extraer del piano, y el discurso de la obra se construye de las diversas atmosferas por las cuales nos invita a escuchar y sentir.
El último de los 24 preludios, Fuegos de artificio, es una de las piezas técnicamente más innovadoras en la obra para piano de Debussy. Alejado de cualquier tonalidad y sin un tema específico el preludio está cimentado y construido a partir del color de los acordes inusuales que se mezclan con la ayuda de los pedales del piano. Debussy logra plasmar el gran momento en que los fuegos artificiales iluminan el cielo en la celebración del 14 de julio: día de la Fiesta Nacional de Francia. Entre el humo de los cohetes y la neblina de la noche descubriremos fragmentos del himno nacional francés, la “Marsellesa”.