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Viene de la parte 2...Quizás los negros tuvieron su propio estilo original de performance y cuando el toro-mata fue abandonado por otros grupos del Perú, la población afroperuana preservó el género durante algunos años más. Por otro lado, el toro-mata pudo realmente haberse originado con la población negra y haber sido adoptado y estilizado más tarde por la población criolla a fines del siglo XIX. En cualquier caso, los negros de mayor edad son los únicos que hoy en día recuerdan algo significativo sobre el toro-mata y el consenso general indica que el baile está considerado dentro de la cultura afroperuana.
A menudo, la tarea más difícil para los folkloristas que estudian la música afroperuana es la reconstrucción de coreografías perdidas ya que hay pocos informantes y solo recuerdan los aspectos generales. Tanto Augusto Ascuez, de Lima, como Ernesta Laguna, de Cañete, recuerdan el toro-mata como un baile amoroso, de parejas, que incluye pasadas imitando la corrida de toros, con cambios de posición - la mujer generalmente haciendo de torera y el hombre de toro. Bernardita Rivadeneira, de San Vicente de Cañete, recordó que la coreografía era libre, con fuertes movimientos rítmicos de las caderas. Aunque el baile era usualmente presentado por una o más parejas, pudo ser presentado como una línea doble de baile, si se quería hacerlo así. Escuchemos la recopilación de Rosa Mercedes Ayarza de Morales, grabada por la Orquesta de Manolo Ávalos. Cantan los tenores Edmundo Pizarro y Raúl de Zela , tambien intervienen las sopranos Teresa Medina de Musso y Ana María Parodi.En el siglo XIX -y posiblemente las primeras décadas del XX- existió un baile llamado “el baile del cabe”. Augusto Ascuez sostiene que éste era un baile diferente que tenía mucho en común con el toromata, pero con un ritmo más cercano al del festejo. En el cuaderno de letras de canciones del famoso Manuel Quintana, “El canario negro”, que ahora está en posesión del Dr. José Durand está anotado el toro-mata con fecha del 4 de julio de 1957, pero con el título “El Cabe”. Este baile está todavía rodeado de misterio, y aún no hemos podido descubrir de qué manera se vincula al toro-mata. ¿Se trata de otro nombre para el mismo baile, proviene de él o es una variante de corta duración del toro-mata? José Durand cree que el término “cabe” se refiere a la zancadilla, un movimiento coreográfico en donde el bailarín gira sobre un solo pie. Pero se necesita investigar un poco más antes de que se puedan obtener conclusiones definitivas. Actualmente tenemos pocas características coreográficas generales basadas en los registros de informantes: el toro-mata fue un baile de cortejo bailado generalmente por una o más parejas, a menudo con un marcado movimiento de caderas y que, dependiendo de las circunstancias, pudo ser bailado ya con gracia o de manera licenciosa. Esta descripción no nos dice realmente mucho ya que se puede aplicar también a otras danzas de Europa, las Américas e incluso en el mismo Perú. Ya desde el siglo XVI los comentaristas criticaron el flujo de nuevos bailes -sensuales, de cortejo y pantomímicos- de parejas “que el pueblo inventa diariamente”. No es de extrañar entonces que la Zamacueca Política de 1859 ponga por igual el toro-mata, el maicito, la moza-mala, la zanguaraña y la zamacueca y que Abelardo Gamarra compare el toro-mata con el fandango español y otros bailes de América Latina. El toro-mata no fue necesariamente una copia de la zamacueca aunque como ésta tuvo una coreografía de tema de cortejo que podía ser interpretada de manera indecente. Era bailada por parejas que posiblemente se acercaban uno a la otra para luego retroceder (tal como es descrita por algunos informantes, se trataba de imitar a los toreros) y de acuerdo al escritor decimonónico José María Blanco, contenía una sección de fuga, también típica de la zamacueca. Los críticos del XIX que no gustaban del estilo del baile, probablemente pudieron haber considerado todos los bailes de este tipo como meras variaciones del mismo género.