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Escucha estas palabras de bendición, hijo mío, y deja que alivien tu alma y fortalezcan tu corazón. Siéntate conmigo mientras contemplamos el horizonte, resplandeciente con la promesa de hermosas bendiciones, y comparte tus sueños conmigo una vez más. Los aprecio profundamente. No se han desvanecido de mi memoria. Recuerdo que cuando eras pequeño imaginabas vívidamente la vida que llevarías, lleno de felicidad y aventuras que te llevarían lejos. La alegría en tus jóvenes ojos era inconfundible. Sin embargo, a medida que crecías, las cargas de la vida atenuaron esa vibrante sonrisa. Compréndelo. Tú no tienes la culpa de la pesadez que la vida te ha impuesto. Te hicieron cargar con un peso que nunca debiste soportar, abandonado por aquellos que debían guiarte y apoyarte. He velado por ti, he visto el parpadeo de la llama que puse dentro de ti. Iluminando tu desesperación, ofreciendo un destello de belleza esperanzadora en medio del rechazo y los desafíos. Sentiste una promesa profunda y tácita dentro de ti de que este no era el final.
Sabías que tenías que seguir adelante para superar los obstáculos y escapar de las sombras de tu pasado. Mi corazón se hinchó de orgullo al observar tu viaje. No eres egoísta. Tus sueños no son sólo para ti. Aspiras a crecer, a triunfar y a echar una mano algún día a tus seres queridos. Esta comprensión del amor y la responsabilidad te fue inculcada desde el principio. El espíritu de la vida florece en ti. Mi espíritu santo envuelve todo tu ser. Cada prueba a la que te has enfrentado ha sido un paso hacia este momento. Sabed que os amo inmensamente y que creo en vuestro potencial. Tu resistencia y determinación no han pasado desapercibidas. He sido testigo de tus lágrimas en la noche, de tus luchas contra las mareas del miedo y la ansiedad. Sin embargo, cada nuevo amanecer trae luz que toca tu rostro, renovando tus fuerzas y restaurando tu sonrisa. Proclamo con alegría, esta es mi amado hijo. Este es mi hijo amado. Las huestes celestiales velan por ti, deseosas de apoyar todos tus esfuerzos, de elevarte por encima de los obstáculos y de asegurar que tus sueños se hagan realidad. Cuando me llamaste, te respondí.