Una mentira dicha mil veces no se convierte en verdad | Conoce y acepta tu punto de inicio

Algo que aprendí esta semana es la diferencia entre las autoafirmaciones y la autoaceptación. Quizás sea un poco difícil aceptarlo, pero las autoafirmaciones son una pérdida de tiempo porque realmente son mentiras que me digo a mí mismo con la esperanza de terminar creyéndolas y actuar en consecuencia. Sin embargo, la mayoría de las veces, estas autoafirmaciones no se convierten en acciones ni en cambios duraderos.
En contraste, la autoaceptación tiene que ver más con enfrentarme a quien realmente soy, y esto puede ser muy doloroso. Es doloroso aceptar que, por mucho que me diga que soy disciplinado, que hago ejercicio, o que amo leer, la realidad puede ser todo lo contrario. Es importante ser honesto conmigo mismo y aceptar mis limitaciones actuales para poder trabajar en mejorar y alcanzar mis metas en el futuro.