El Papa: "Ante la persona soberbia sólo nos queda ser humildes; un día su edificio se derrumbará"

Sobre el vicio de la soberbia ha hablado esta mañana el Papa Francisco durante su Audiencia General en la Plaza de San Pedro, la última del ciclo sobre los vicios y las virtudes iniciado el pasado 27 de diciembre. Ha leerla ha sido monseñor Pierluigi Giroli, padre rosminiano de la Secretaría de Estado, "un ayudante mío", ha dicho el Papa al presentarlo, porque todavía está resfriado y no puede leer bien.
Francisco ha invitado hoy a aprovechar la Cuaresma para luchar contra la "soberbia", un mal detrás del cual se esconde un pecado radical: “la absurda pretensión de ser como Dios”.
Después Francisco cita la larga lista de síntomas que revelan que una persona ha sucumbido al vicio de la soberbia: “Es un mal con un aspecto físico evidente: el hombre orgulloso es altivo, tiene la 'nuca rígida', es decir, tiene el cuello rígido que no se dobla. Es un hombre fácil de juzgar desdeñosamente: por nada emite juicios irrevocables sobre los demás, que le parecen irremediablemente ineptos e incapaces”.
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