Etchegoyen, el PUEBLO de 50 habitantes donde canto CARLOS GARDEL

Hagamos historia...
Fundado en 1887 gracias a la instalación de la Estación del Ferrocarril y una Pulpería y Almacén de Ramos Generales que fue junto al tren, el alma del pueblo.
Una frente a la otra, se miran y pienso como hoy deben añorar esos tiempos de esplendor cuando eran siete las formaciones ferroviarias que llegaban al pueblo, dándole no solo un rol económico en una Nación fuerte, sino el espíritu de aquellas personas que tenían la dicha de vivir en un próspero pueblito del Partido de Exaltación de la Cruz. El cual ubican a tan solo 80 km de la Capital Federal, se llega por la RN 8 hasta empalmar con la RP 6 y de ahí la maravillosa (para nosotros los turistas) aventura del camino de tierra.
“Hoy no es fácil vivir tan separados de las rutas asfaltadas, pero esto no lo cambio por nada”, nos cuenta Marcela, hija de una de las personas más queridas del pueblo, que al hablar de su padre no puede evitar llenar sus ojos de lágrimas con esa melancolía de una vida plena.
Alberto Crosatto llega de San Andrés de Giles en 1942 para asumir el rol de auxiliar de la Estación. Al tiempo, el mismo Crosatto se hace cargo de la Pulpería y comienza una nueva vida, dejando en el sentimiento de su familia el amor por su trabajo.
Es así que Marcela supo aprender de su padre esa hospitalidad que la caracteriza. Una manera de atender en el Almacén de Crosatto a los del pueblo y los de más allá, que hace que no puedas irte del lugar.
Como todo Almacén el tiempo se detuvo y su entorno también; la calle de tierra, los añejos árboles, los pájaros disfrutando de su libertad, son el condimento perfecto para un día más en uno de esos pueblos de la provincia de Buenos Aires que amamos visitar.
Y una historia, poco contada, que puede ser verdad o no, la historia de Gardel y un Hotel. Dicen que por los pagos, un día bajo en la Estación de tren nada menos que Carlos Gardel y se alojó en un imponente hotel que descansaba justo en frente de la Estación.
Hoy es una casona hermosa rodeada de frondosos árboles y perfectamente cuidada por sus dueños quienes muy amablemente no solo nos permitieron fotografiarla, sino que nos contaron historias de esa hermosa construcción; entre ellas, que fue tal el alboroto que causó en el pueblo la llegada de Gardel, que el zorzal tuvo que salir al balcón y cantar un tango dando un verdadero espectáculo en aquel pueblito alejado de grandes ciudades.
Hoy Gardel no está, pero al ver tantos pájaros regalándonos su cantar, podemos decir, o al menos es lo que preferimos creer, que Carlitos sí estuvo en Etchegoyen y que una tarde les cantó un tango a ese pueblo que hoy sigue vivo en la memoria de quienes se sienten orgullosos de ser etchegoyenses.
Musica.-
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