Рет қаралды 882
Nueve familias forman la comunidad y finca agroecológica "Mate Cosido" en búsqueda de la Soberanía Alimentaria y de una ley de acceso a la tierra, al agua y a una nueva educación que promueva el arraigo de los campesinos a las tierras de las que fueron despojados por un modelo agroindustrial que no tiene en cuenta el medio ambiente ni las personas que habitan en él.
Tunuyán, Mendoza.
Argentina.
2020
Un poco de historia sobre el nombre de la finca:
Segundo David Peralta (Monteros, Tucumán, 3 de marzo de 1897 - Visto por última vez en Chaco, 7 de enero de 1940), conocido como Mate Cosido, fue un bandolero y por eso calificado de "delincuente" por algunos y de "benefactor" o "rebelde" por otros, que pasó a ser un célebre personaje del folclore regional del Norte argentino.
Aunque a veces se confunde su apodo con el nombre de la infusión "mate cocido", el apodo real es "mate cosido", en referencia a una cicatriz que tenía en la cabeza, llamada "mate" en la jerga popular, sobre todo la norteña. Por supuesto, fonéticamente ambas explicaciones coinciden.
Su personalidad era la de un hombre culto, se comportaba con humildad y educación, pagando generosamente el más mínimo servicio recibido, y así ganó aprecio y popularidad. Armaba los robos detalladamente. Las poderosas empresas que robaba (Bunge y Born, Dreyfus, La Forestal), daban lo imposible a las fuerzas de seguridad para su captura. La leyenda urbana afirmaba que robaba a las empresas ricas la mayor parte, extranjeras para ayudar a los pobres. A su vez, la leyenda redondeaba su proceder aseverando que la espantosa manera de su accionar era montada por las propias empresas que "robaban al pueblo chaqueño".
Mate Cosido se autotitulaba el bandido de los pobres, escribiendo artículos en revistas de la época, allanándose sobre los motivos de sus exacciones, que jamás robaba a los pobres para dárselo a los ricos. Así se hizo valer en los grupos anarquistas.
En su carrera delictiva usaba muchos documentos falsos fácilmente asequibles en Buenos Aires: Julio del Prado, Manuel Bertolatti, José Amaya, Julio Blanco.
Evitaba la violencia cuanto podía, nunca tenía enfrentamientos armados con la policía. No era por miedo, sino una manera de proceder.
(Fuente: Wikipedia)