Yo soy el Pan de Vida, el que venga a mí no tendrá hambre, el que crea en mí no tendrá sed, nadie viene a mí, si mi Padre no lo atrae. Yo lo resucitaré en el día final. El Pan que Yo daré, es mi Cuerpo, vida para el mundo, el que siempre coma de mi Carne, vivirá en mí, como Yo vivo en mi Padre. Yo lo resucitaré en el día final. Yo soy esa bebida, que se prueba y no se siente sed, el que siempre beba de mi Sangre, vivirá en mí, y tendrá la vida eterna. Yo lo resucitaré en el día final. Sí, mi Señor, yo creo, que has venido al mundo a redimirnos, que Tú eres el Hijo de Dios, y que estás aquí, alentando nuestras almas. Yo lo resucitaré en el día final.