Gracias Pedro :)

Es un programa que hizo

Entiendo lo que dices y parece lógico. Sin embargo, si ahondamos un poco para ver de dónde sale el esfuerzo y el trabajo, llegamos a condiciones iniciales que tampoco están bajo nuestro control: origen, padres, genética...

@@Polymatas Me gusta este tema. Como bien señalas hay factores que nos condicionan de nacimiento y que no hemos elegido: momento histórico, nación, barrio, familia, rasgos genéticos, etnia, sexo, colegio, entorno, clima, sistema político, coyuntura económica, cultura dominante... es realmente acojonante asumir que todos esos factores con los que tendemos a identificarnos, muchas veces incluso de forma excluyente, no son condiciones o circunstancias que hayamos elegido, sino que estaban ya de base. Entiendo que para llegar a tu punto habría que comparar, por ejemplo, a varias chicas que durante años ponen el mismo empeño y dedicación para ser grandes directoras de cine, pero que al final solo lo consigue la que parte con mejores condiciones previas... de ahí que la conclusión pueda ser que realmente no lo consiguió por méritos propios, sino por la suerte de haber nacido en una familia más pudiente o con unos rasgos físicos más atractivos, ambos factores que acabaron marcando la diferencia abriendo las puertas del éxito. En tal caso, diría que sí, que seguramente tengas razón. Cuando hay mucha competencia por alcanzar unos pocos objetivos y todos se lo curran más o menos igual de bien, lo que marca la diferencia hacia el éxito pueden ser ventajas diferenciales como una buena red de contactos familiar, el atractivo físico, una región de procedencia que resulte simpática, etc... y más aún, también pueden resultar determinantes algunos de los hechos azarosos que surgen a diario, ya sean decisiones aparentemente intrascendentes, accidentes cotidianos, llegar tarde por el tráfico, caerle mal a alguien influyente porque simpatizas con un equipo de fútbol que él detesta… en fin, las cosas de la vida, muchas veces emocionales, irracionales y aleatorias… pero que aun así pueden cambiarnos el rumbo. Dicho esto, mantengo, aunque ahora ya mucho más acotada, mi punto inicial. Es decir, que el trabajo y el esfuerzo salen del trabajo y del esfuerzo, no vienen de serie ni hay factores favorables que garanticen su existencia... para aspirar a hacer cosas realmente valiosas por lo general hay que entregarse, ser constante, equivocarse, corregirse y perseverar... no hablo de hacerse rico, hablo de hacer algo valioso, destacable y digno de reconocimiento. No tiene mérito ser mujer, ser china, ser atractiva, tener un organismo resistente y una madre banquera. Pero sí lo tiene ser una directora de cine con 4 películas aclamadas por la crítica. Por ejemplo, y ya acabo, cada vez que alguien logra destacar en su campo partiendo de condiciones desfavorables todos convenimos en reconocerle el mérito... es decir, que el mérito existe... No es, por tanto, una cuestión de si existe o no existe, es una cuestión de grado, de si un logro tiene más o menos mérito... y esto no puede reducirse únicamente a condiciones innatas y horas de trabajo, la vida está llena de eventos que nos influyen, de obstáculos, trampas, privaciones, decisiones erróneas, relaciones conflictivas, sesgos cognitivos… superar todo eso también sería parte del mérito de un logro.... en definitiva, que el mérito sí existe, al menos eso trato de argumentar… luego ya evaluarlo y medirlo considerando todos los factores que lo pueden definir como mayor o menor, eso ya sería tarea para la meritología… esa maravillosa disciplina científica que aún no existe. ;)