Un importante movimiento cultural y social se está produciendo en nuestra sociedad, definido por algunas personas como nuevo tiempo axial. En todos los órdenes de la vida surgen nuevos paradigmas. Las religiones, incluida la cristiana, se enfrentan a una profunda crisis de sus dogmas, ritos, jerarquías, mitologías…
Paralelamente la espiritualidad, entendida como cualidad humana profunda o simplemente como profundidad humana, aparece como buscada, deseada y apreciada por muchas personas.
Intuimos en esa profundidad nuestra identidad, nuestra razón de Ser.
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