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La historia de Eli Abad nos revela una triste realidad: los sesgos de género siguen siendo una barrera significativa para las mujeres en el ámbito laboral. Desde interrupciones constantes hasta la apropiación de sus ideas, estos comportamientos subyacen en una cultura que desvaloriza las contribuciones femeninas.
Pero, ¿cómo podemos identificar y combatir estos sesgos? Te proponemos dos puntos de partida:
Observa tu entorno: Presta atención a las dinámicas de poder y comunicación en tu lugar de trabajo.
¿Las mujeres tienen las mismas oportunidades de hablar y ser escuchadas? ¿se les reconoce y valora su trabajo de la misma manera que al de los hombres?
Aprende de la historia: El caso de Rosalind Franklin nos muestra cómo el "bropriating" puede tener consecuencias devastadoras para las carreras de las mujeres. Estudiar estos casos nos ayuda a comprender mejor las raíces de estos problemas y a reconocerlos en nuestro presente.
Combatir los sesgos de género requiere un esfuerzo colectivo. Desde las empresas hasta la sociedad en general, todos tenemos un papel que desempeñar para construir un futuro más justo y equitativo.