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2020
#37AñosDeHistoriaYDeSeñalesDeLosTiempos
Ha llegado el tiempo de dejar de vivir conforme al alma, conforme a la carne del alma, a la carne del corazón del alma, ya el alma no puede estar gobernando nuestro ser. Es necesario de que el Espíritu Santo de Dios, el Espíritu de Dios en Cristo Jesús que mora en nuestro espíritu, sea el que gobierne todo nuestro ser y así de esta manera podamos ser aceptos delante de Él, conforme a su Misericordia para poder pasar con Él toda la eternidad.
Ahí donde estás te ruego que abras tu Biblia en el Evangelio de Juan en el capítulo 3, en aquel pasaje del verso 5, 6, 7, y 8 que habla justamente el Señor Jesús cuando dice:
5 De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu Santo, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8 El viento sopla de donde quiere, y oye su sonido; más ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu Santo.
Y es lo que tú tienes que ver el día de hoy, hoy tienes que recordar. Para aquellos que ya han estado siguiendo todo este tipo de mensajes de principios básicos de vida espiritual, principios básicos para despegar como un cohete en el crecimiento espiritual, y así de esta manera poder agradar a nuestro Dios y poder ser parte de su Reino. Porque el Señor Jesús manifestó claramente cuando Él empezó a predicar el Evangelio -ya Juan el bautista se había adelantado más- justamente Él decía, nuestro amado Señor Jesús, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, y es lo que el Señor quiere con tu vida, quiere que haya un cambio total de actitud, “arrepentíos” significa cambio total de actitud, y esto tiene un principio cuando tú aceptas a Cristo Jesús como Señor y Salvador de tu vida, que es donde el Espíritu Santo viene con Poder a regenerar tu espíritu, que es un órgano espiritual que Dios ha creado para comunicarse con el hombre, porque Dios esencialmente es Espíritu.
Y es tal cual como le dijo a la mujer samaritana en el Evangelio de Juan en el capítulo 4, en el verso 21 hasta el verso 24:
21 Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Si tú vas a entrar a la Presencia de nuestro Dios es justamente para adorarle, justamente para poder expresarle tu amor, tu gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros a través de la obra en la cruz del Calvario. Esa obra mediante la cual Él destruyó la fuente del pecado, que es el corazón del hombre. El Señor Jesús literalmente murió con el corazón roto, con el corazón destruido, y es ahí donde se acumuló toda la sangre, que es justamente que cuando el guardia, el soldado, vino con la lanza y le penetró en el costado, esa sangre se derramó en tierra, se derramó en la tierra y nosotros somos hechos del polvo de la tierra.
Ahí estaba nuestra redención ya, a través de esa sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, el único Digno, porque no hay otro como Él; cualquiera que quiera ocupar su lugar está fuera de lugar, porque Él es el único que murió sin pecado, fue tentado en todo pero sin pecado, era Emmanuel “Dios con nosotros”, es Emmanuel “Dios con nosotros”, y se mantuvo durante tantos años, 33 años y medio, buscando ser verdaderamente ese Cordero Digno y lo logró, y de esa manera consumó esa obra en la cruz por nuestros pecados.
Extracto (00:06:27 - 00:11:29) de la prédica “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Vol. 4” Transmitida en vivo el 9 de mayo del 2020.
#RicardoClaurePeñaloza