Aldeas abandonadas de la sierra de Segura

“No existe ningún lugar en la Sierra en el que el olvido haya sido más cruel que en estas aldeas de Santiago-Pontones. Obligadas a desaparecer por los intereses espurios de una administración déspota y despiadada, muchos de sus habitantes fueron desalojados forzosamente para ser recluidos en lugares artificiales como Cotorrios o El Vadillo, poblados creados por el antiguo Instituto de Colonización para acallar las conciencias”.
Texto del Club deportivo Vadilleros
9 y 10 de septiembre de 2020
El motivo de esta situación fue la expropiación a la que se vieron obligados sus habitantes en los años sesenta y setenta para la creación de un gran coto de caza. Algunas de estas aldeas incluso fueron dinamitadas, otras tuvieron la suerte de salvarse.
Las Canalejas, Espumaderas de arriba y de abajo, Centenares, Las Huelgas y Los Miravetes.
Aldeas de Canalejas y Los Centenares
Partiendo de la Piscifactoría del Aguasmulas iniciamos esta excursión por el camino de Los Alguaciles a la vera del Arroyo Aguaderico y con intermitentes panorámicas al norte, del Embalse del Tranco de Beas, a través de los llamados parajes de Mirabueno y el Aguaderico.
Nos salimos del carril hacia un abandonado cortafuegos en un exigente ascenso de vistas y belleza extrema, aún más, conforme nos adentramos en el Estrecho de Carriquí, sendero sinuoso y bastante escondido que nos llevó al arroyo Canalejas, seco como la mojama pero con un caminar de cuento.
La ruta ganó en belleza mucho y pronto llegamos a la aldea de Canalejas, en ruinas y de la que solo se conserva el cementerio, parece ser restaurada recientemente y un manantial prolífico donde se puede hacer noche por su particular cobijo con mesa y asientos.
Proseguimos hasta la aldea también abandonada de los Centenares, ubicada en un paraje espectacular rodeada de álamos y cumbres mayestáticas junto a profundos barrancos de inmensidad indescriptible. Cancaneamos la aldea donde parecían residir algunas personas en la paz y tranquilidad de la montaña.
Reanudamos la marcha, perdiendo un buen rato el track que nos sumergió en un agreste, umbrío y peligroso barranco de la Huelga del Arroyo de Parra, hasta que por fin dimos con el bonito y elevado sendero que nos llevaría al valle del Picón, 1516 msnm, peñasco singular por el ojo que presenta.
Vadeamos el Chuscarrón, 1541 msnm. e iniciamos el ascenso al Majal Alto o Mirabueno, 1535 msnm. El guarda nos instruyó sobre las grandes cumbres que desde allí pudimos disfrutar y sobre la alternativa de vuelta al coche
Se veían las Piedras del Aguasmulas, Cuerda del Banderillas y su caseta, Cinto de la Higuera, Pinar Negro, Tranco del Perro, Cinto de los Frailes, Cinto de Viñuelas, Hoyica del Jorro…... no sin cierto desasosiego.
Vuelta por el carril indicado que confluyó con el de subida.