Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal - Cantabria en 4K

Cerca de Cabezón de la Sal, en una superficie de dos hectáreas y media encontramos la masa forestal de secuoyas costeras más extensa de Europa. A través de una pasarela de madera de 200 metros de longitud, con poca pendiente y adaptada para personas con movilidad reducida, nos adentramos en la profundidad de un bosque mixto regenerado de forma natural en el que se mezclan robles europeos y americanos, hayas, castaños y otras especies.
Tanto al comienzo, mitad y final del recorrido han paneles interpretativos que nos introducen en la historia de las secuoyas de Monte Corona.
Al llegar al bosque de secuoyas gigantes parece que estemos en las montañas de California u Oregón, donde el clima templado y húmedo con nieblas frecuentes reúne unas óptimas condiciones para ellas.
La música de una instrumentista de arpa, mezclada con los sonidos mágicos del lugar, nos acompaña en la visita.
Un sendero, acondicionado con áreas de descanso y bancos, nos adentra en una tupida maraña de copas arbóreas que apenas dejan filtrar la luz del sol, no dejando crecer la vegetación.
Caminamos contemplando los juegos de luz y el olor característico a seco. Es increíble pasear entre estos impresionantes y majestuosos árboles.
Como curiosidad, «Sequoyah» fue un indio cherokee que, en 1821, inventó un alfabeto para posibilitar a su pueblo la lectura y escritura en Cherokee.
El Consorcio Monte Corona, constituido en 1942, dirigió un experimento plantando en la zona especies de crecimiento rápido por las condiciones climatológicas favorables para la producción industrial del papel, fundamentalmente Eucalyptus globulus y Pinus radiata. Pero también experimentalmente, roble americano, castaño japonés, abeto de Douglas, y la secuoya del Monte Cabezón, de rápido crecimiento, buena calidad, ligera, rojiza, no resinosa y fácil de trabajar.
El proyecto se abandonó justo cuando empezaban a alcanzar los ejemplares suficiente entidad, dejándonos un legado de estos increíbles ejemplares botánicos, con 848 Sequoias costeras, veinticinco Pinos Monterrey, y algún eucalipto blanco plantado en esa época.
Esta secuoya es un árbol robusto con copa piramidal que en la actualidad mide unos 50 m de altura, pero puede llegar a medir hasta 115. Es originaria de la costa del Pacífico de los Estados Unidos donde algunas tienen siete metros de diámetro y llegan a vivir hasta 3.000 años, siendo posiblemente el ser vivo más grande del planeta. Durante la era de los dinosaurios se extendían por todo el hemisferio norte.
Entre los 4 y 10 primeros años una secuoya crece a razón de 1,80 metros por año. Tiene tronco recto, grueso, con corteza oscura y esponjosa que se desprende en placas irregulares bajo las que aparecen otras nuevas de color rojizo. Su hoja perenne acícula, es plana y de tono verde oscuro con dos bandas blancas en el envés.
Florecen al final del invierno para madurar las piñas, verdes primero, y luego rojizas en el siguiente otoño. Las flores masculinas son amarillas y las femeninas ovales y verdosas, de mayor tamaño.
Estas secuoyas del Monte Cabezón fueron declaradas Monumento Natural en 2003, en virtud de la Ley de Conservación de los Espacios Naturales y Flora y Fauna Silvestres.
En la parte baja, donde comienza un bosque autóctono cántabro, encontramos los ejemplares de secuoyas más espectaculares, con un perímetro superior a los dos metros, donde los visitantes se hacen las clásicas fotos de rigor.
En el sendero también encontramos tramos de escaleras o puentes de madera, haciendo más sencillo el paseo.
La secuoya es habitual en los parques y jardines de Cantabria, existiendo otros bosques en la Península Ibérica como el Bosque de Secuoyas de Colón, en las Rías Baixas de Galicia.
Hoy este lugar es un bosque vivo para disfrute de todos, en el que descubrimos las luces y sombras de nuestros antepasados. Deseamos que nuestros montes sean sostenibles, en beneficio de nuestro entorno natural, asegurando la biodiversidad del paisaje sin agotar los recursos en las próximas generaciones.

[@lts.victoriadelafuentevale3955]

¡Hermosooo el parque de Secuoyas! Noble y generoso el pueblo de Cabezón de la Sal, con una mente abierta y un gran corazón.

[@saralorente3743]

Increíblemente impresionante , recomiendo visitarlo

[@magdalenaibanezsedano3376]

Maravilloso documento!!! La fotografía y el montaje fantástico!!!

[@proyoudigital669]

Es un lugar increíble para pasear y meditar Magdalena. Y si además del sonido natural, escuchas el arpa con una melodía tan acorde, parece que viajas a California y Oregón... Es como transladarse en espacio y tiempo a un lugar "de película".

[@alexandre.bernalte]

¿Quien era la cellista?

[@proyoudigital669]

Es una instrumentista de arpa. Annie Chambers.

[@MrTramborrios]

mirar a ver si con el arpa le subís la inteligencia a los que llegan con la ridiculez de querer abrazarlas pisandole la base del arbol por cientos de personas al mes,otros se llevan su corteza de secuoya de recuerdo para su casa ...........en unos pocos años algunas de las mas grandes acabaran dedicadas a compost,

[@proyoudigital669]

@@MrTramborrios Es una pena que determinadas personas no cuiden este entorno maravilloso. La masificacion de esta zona, sobre todo en verano, debería estar más acotada y sobre todo vigilada. No es normal lo que está ocurriendo con las secuoyas. Un paraje de paz y tranquilidad, que es necesario cuidar.