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16-11-2013 - Los días 15 y 16 de noviembre tuvo lugar en Valladolid las ceremonias de Vela de Armas y Cruzamiento e Investidura de la Lugartenencia de España Occidental de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén. Estos actos, que históricamente se celebraban en Jerusalén, comenzaron efectuarse en España tras el ingreso en la Orden, en el año 1906, del Rey Alfonso XIII. Es la primera vez en la historia de esta casi milenaria Orden que la capital vallisoletana sirve de escenario para sus ceremonias más representativas, que serán oficiadas por el Gran Prior de la Lugartenencia, el vallisoletano S.E.R. Fray Carlos Cardenal Amigo Vallejo, acompañado por el Gran Prior emérito S.E.R. D. José Manuel, Cardenal Estepa y Llaurens y por el Arzobispo de Valladolid, S.E.R. Monseñor D. Ricardo Blázquez Pérez. El viernes día 15 se celebró la ceremonia de Vela de Armas y Vigilia de Oración en la Iglesia Conventual de San Pablo, a las 17:30 horas y el sábado 16, la ceremonia de Cruzamiento tuvo lugar en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid, a las 11:00 horas.
La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén es una orden casi milenaria, con personalidad jurídica vaticana y de carácter internacional. En palabras del Santo Padre Francisco "es una de las más antiguas órdenes asistenciales, caritativas, aún activas, instituida para la custodia del Santo Sepulcro", y que siempre ha gozado de una especial atención por parte de los Obispos de Roma. Su Gran Maestre es un Cardenal designado por el Santo Padre, en la actualidad el estadounidense Edwin Frederick O'brien. Tiene asignado el cometido de sufragar los costes e inversiones del Patriarcado Latino de Jerusalén desde su rehabilitación en 1847, que en los últimos años han superado el 90% de su presupuesto. Entre los gastos que hace frente están las retribuciones del personal eclesiástico del Patriarcado, el mantenimiento del seminario de Beit Jala, de treinta jardines de infancia, cuarenta y una escuelas para casi un total de diecinueve mil alumnos, fundamentalmente musulmanes y cristianos, centros de acogida, residencias de ancianos y proyectos de ayudas y comidas a domicilio, etc. Todas estas actividades, además de consolidar la presencia católica en Tierra Santa, genera más de 1.500 puestos de trabajo de los que un 84% corresponden a cristianos lo que permite el mantenimiento de sus comunidades en Tierra Santa.