Es evidente el bajo nivel de las nuevas generaciones, es el grand slam que Djokovic gano mas fácil de todos los que recuerdo, cuando Djokovic y Nadal se retiren todo parece indicar que la repartición de titulos sera similar a la wta.
Жыл бұрын
Llama la atención la excesiva complacencia de las Next Gens tanto en damas como en caballeros, la falta de ambición para lograr mayores títulos y sí, mayores privilegios. Sobre Nadal y si ven el registro de habla del balear, no es el de alguien que anda fuera de sí (que es un síntoma del uso de drogas). Cosa que sí se dio con María Sharapova, donde se veía una semblanza bastante zombiesca. Pero para ser alguien mimado no hace falta doparse, basta con ver la larga lista de conductas sucias en cancha (las excesivas tardanzas para servir hasta antes de 2018, los gritos histéricos como forma de táctica, entre otras cosas que ahora no recuerdo). Cierto, Nadal no se ha dopado, al menos no de formas demasiados arresgiadas y mortíferas (pues efectivamente, sustancias como los esteroides sí te pueden matar). También ha sido respetuoso con sus fans y el público en general, pero eso no compensa el modelo de conducta que ha tenido hacia sus rivales, que no ha sido para nada virtuoso. Lo mismo se puede decir de Djokovic, cuyos niveles de lloriqueo son legendarios. Al grado tal que Federer, quien nunca hizo lloriqueos al aire, expuso su queja ¡en pleno Wimbledon! Los privilegios del establishment tenístico han existido desde siempre y no solo en la Era Abierta sino que inclusive desde hace más de un siglo cuando Bill Tiden y Suzanne Lenglen dominaban los rankings allá por la era después de la I Guerra Mundial. La diferencia radica en las actitudes ante ese tipo de honores, unos cuantos más abusones que el resto. Ejemplos del último tipo sobran como John McEnroe, Jimmy Connors y en tiempos actuales, las hermanitas Williams, Nadal, Djokovic, y ahora mismo Alexander Zverev va por la misma senda... Ahora se puede sobreentender los problemas mentales y los reclamos por parte de Naomi Osaka por un mejor tenis, los fans pueden decir y hacer lo que quieran sin asumir ninguna consecuencia, lo mismo los periodistas, jugadores... todos se salen con la suya y nadie hace nada por parar esa espiral de violencia verbal (de facto).