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El Malismo es un mecanismo propagandístico que consiste en la ostentación pública de acciones o deseos tradicionalmente reprobables con la finalidad de conseguir un beneficio social, electoral o comercial. Así lo define su creador, el humorista Mauro Entrialgo en su último libro Malismo (Capitán Swing, 2024), un señalador de indicios de la existencia de este fenómeno contemporáneo que busca en el mal su razón de ser, sin complejos y a cara de perro.
Porque los malistas ya no se esconden sino todo lo contrario: hacen ostentación de su maldad porque saben que les renta: políticos, columnistas de extremo centro, empresarios hosteleros o troles de internet.
Estamos en una época en la que hemos rebajado tanto nuestras expectativas que la simple sin verdad sin reinterpretaciones chifladas en la conversación pública se nos antoja una singularidad que merece ser alabada, comentada y difundida. Y ello porque la agenda mediática está tremendamente influida por los nazis del misterio, los comunicadores que parecen metralletas de esparcir bulos y los políticos que se desentienden, mienten o directamente aceptan la inmoralidad de sus actos sin el menor complejo.
El alarde del mal se ha convertido en un arma peligrosa; y en su utilidad está su peligro. El que ya no nos escandalicemos por las actitudes malistas hace que sean más
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Créditos musicales: Mechanical
Fuente: Fiftysounds.com