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En este puesto se puede apreciar lo que ha sido la totalidad de la temporada 2024, de principio a fin. He tenido la gran suerte de que he sacado al monte a doce reclamos y todos han cantado, menos uno. Que como es mi norma allí mismo se ha quedado a vivir, pues yo no les recorto las alas y pueden volar enseguida. En un tanto por ciento muy alto de puestos he tenido, e incluso han llegado a la rasa, las perdices. Pero al vernos obligados a cazar sin celo no he disparado a la mayoría de ellas ya que no disparo a perdices que entran picoteando el suelo o que entran lisas. A los reclamos si no están recibiendo con las perdices bajo ellos no les tiro pues me gusta disfrutar de esta caza tal y como me la enseñaron. Matar perdices por matar o ir a por carne no va con mi forma de entender la caza del reclamo y me son más útiles las perdices vivas que muertas. Otra norma que se ha cumplido a rajatabla es que en el aguardo en el que he tenido las perdices en la rasa, a veces un manojo, cuando lo repetía a la semana siguiente, difícilmente volvía alguna perdiz y si lo hacía, jamás entraba a la rasa de ninguna manera. Hasta en dos ocasiones se me han subido dos machos y una hembra, en puestos diferentes, al tanto, lisos y sin celo, de curioseo por lo cual no les he tirado. A la semana, he repetido esos mismos puestos y nada de nada. Este es el último puesto que he dado al Mudo y ya se le ve fuerte y desquiciado de no matarle perdices con celo, y lo que más temo es que en reclamo, a un año malo le sigue otro peor. Ojalá me equivoque, pero cazando sin celo, es imposible.