Viví 2 años en Playas y caminaba casi a diario por el malecón. Si bien le hacía falta una reforma, no le encuentro sentido a simplemente llenarlo de puro cemento sin conservar la madera característica. Se puede modernizar algo conservando su esencia, y lamentablemente parece que acá optaron por quitarle el alma. Espero que igual quede bien y sea disfrutado por los vecinos y turistas