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"Creo en pocas cosas, pero de una manera firme". Iñigo Gómez-Pineda, presidente de la Fundación Villacisneros, tiene la certeza de que no se puede quedar uno en el lamento y la indignación diaria cuando los acontecimientos van en contra de valores fundamentales.
La Fundación Villacisneros nace de un compromiso personal, de Iñigo Gómez-Pineda y su mujer, Rocío Fagalde, con quien lleva casado 47 años. Son padres de 4 hijos y abuelos de 11 nietos. Sintieron que no podían "simples mirones" de lo que sucede alrededor, sino que "hay que convertirse en activista de las propias convicciones". Por eso el lema de la Fundación es "Hechos, no palabras". Desde este proyecto familiar, sin grandes pretensiones pero con firme perseverancia, pasan de los hechos a la acción con las iniciativas jurídicas, divulgativas y de acción social que pueden abordar desde su posición, para contribuir a una sociedad más justa y más sólida. Su fe, la defensa de los principios del Humanismo Cristiano, la Justicia, la familia o la contribución al Bien Común para la construcción de una sociedad mejor, son motores de la actividad de este empresario español, a quien le define la coherencia y a quien "la desletaltad le produce asco". Dice Gómez-Pineda que no aspira a ser referente de nada, "si acaso para mis nietos", mientras desde su acción altruista y desde su actividad profesional, sostiene firme la bandera de unas convicciones que han definido su trayectoria de vida. Piensa Gómez-Pineda que "perdonar es un don de Dios", y a veces no es sencillo, admite. Pero, para poder perdonar antes alguien tiene que pedir perdón y colaborar en la restitución del daño. Y eso no ha sucedido con muchos casos de víctimas del terrorismo nacionalista de ETA, y falta, en general, cuando asistimos a muchos atentados contra la vida hoy en día. Fundación Villacisneros forma parte también de la Plataforma Sí a la Vida que convoca a la sociedad civil a una gran marcha en defensa de la vida el 10 de marzo en Madrid.