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Cuántas veces hemos visto en películas y telenovelas aquellas historias de amor romántico e ideal; escenas que nos hacen soñar con tener una relación de este tipo para nuestras vidas.
Sin embargo, debemos recordar que no son más que ficción adaptada al entretenimiento audiovisual y que, aunque no exista un estándar de perfección, podemos cultivar relaciones saludables y significativas trabajando en la comunicación, la empatía y el crecimiento mutuo.
No se trata de alcanzar “lo ideal”, sino de encontrar la armonía y la satisfacción en nuestras relaciones, aceptando tanto los momentos de conexión como los desafíos que puedan surgir, poniendo como unidad de medición nuestro nivel de felicidad.