Felices 19, Emir

Hace 19 años te miraba respirar con dificultad desde el cristal de la sala de terapia intensiva y me preguntaba con el corazón partido qué sería de tu vida. No tenía ni la más mínima idea del futuro, pero desde el momento que supe que vivías en mi ya sabía que eras y que serías por siempre.
Y aunque para aprender tuve que desaprenderlo todo y equivocarme un millón de veces, y aunque para saber cómo colocar las piezas en el lugar correcto primero tuve que romperme en pedazos; no imagino nada diferente porque en lo imperfecto del camimo todo ha sido perfecto.
Dios te creó, yo te elegí y te elegiría por siempre. Nadie hubiera podido predecir tu vida ni la fuerza de tu luz.