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FOLIADA Don Alfonso (CSM 229-18-186) - Alfonso X el Sabio (1221 - 1284).
[Instrumental. "Cantigas de Santa María" (S. XIII)].
Intérpretes:
- Jordi Savall (rabel en mi)
- Pedro Estevan (pandereta, darbuka y tambor)
(www.alia-vox.com/)
Jordi Savall on Spotify: play.spotify.com/artist/3faEZ...
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Imágenes: Pórtico do Paraíso, Catedral de Ourense (Galicia, España).
Escribe Jordi Savall: «Hace exactamente dos décadas (en 1994), tras varios años de investigaciones, experimentos y conciertos, grabamos el primer compacto dedicado a "La Lira d’Espéria", interpretado ya en esa época con mis tres instrumentos antiguos (el rabel, la vihuela tenor y el rabé morisco) y con las indispensables percusiones de Pedro Estevan. La idea era presentar las músicas y los instrumentos protagonistas de la grabación con la imagen evocadora de los antiguos nombres de lira y Hesperia. Tal decisión nos pareció evidente dado que toda la grabación estaba dedicada a un repertorio medieval para instrumentos de arco formado por músicas procedentes de las diversas culturas cristianas, judías y andalusíes presentes en aquellos tiempos pasados en los territorios ibérico e itálico.
Hesperia fue el nombre que la Antigüedad griega dio a las dos penínsulas más occidentales del Mediterráneo, la itálica y la ibérica. Es también en esas latitudes del extremo occidental donde (según Diodoro) parecen situarse las Hespérides (o la Atlántida), con los famosos jardines que albergaban las manzanas de oro (¿naranjas?) con poderes mágicos.
Y la lira fue uno de los primeros instrumentos de música descritos por la mitología helénica, y uno de los más citados por Virgilio (70-19 a. C.) junto con la cítara. Según la tradición griega, su inventor habría sido Apolo, mientras que Orfeo lo habría sido de la cítara. Existieron dos formas de lira en tiempos antiguos: la primera, más común en la Antigüedad, parecida a un arpa pequeña cuyas cuerdas se pulsaban; y la más moderna, que se tocaba con arco y más parecida a la actual lira griega.
Es precisamente en el territorio de la Hesperia ibérica donde encontramos los primeros rastros de instrumentos de arco. Según una hipótesis muy probable, la técnica del arco parece haberse introducido en Europa hacia el siglo VIII y desarrollado poco a poco en el continente gracias a los músicos procedentes de los países araboislámicos. Recordemos el elevado nivel de la cultura árabe y bizantina entre los siglos VIII y X, y también la importancia de los intercambios artísticos asociados muchas veces a los conflictos entre Oriente y Occidente. No constituye pues ninguna sorpresa que las primeras representaciones europeas de un instrumento de arco aparezcan a partir del siglo X en los manuscritos mozárabes de origen hispánico del Beato de Liébana (920-930), así como en diversos manuscritos catalanes como la Biblia de Santa María de Ripoll [...]
Si tenemos en cuenta las informaciones iconográficas, la forma de los instrumentos, los tipos de arcos y cuerdas utilizados, resulta evidente que el concepto de ideal sonoro de aquellas épocas debió de ser muy diferente del actual. Sólo las sonoridades y las técnicas de ciertos instrumentos populares actuales, tal como se tocan hoy en Grecia (Creta), Macedonia, Marruecos, la India, etcétera, pueden dar una idea aproximada de cómo eran las músicas de baile o las músicas populares: un sonido arcaico y a veces primitivo, pero lleno de vida y expresión; y en el caso de las músicas líricas, poéticas, o músicas de corte: un sonido más modulado y refinado, como nos dice hacia 1330 el arcipreste de Hita en su "Libro de buen amor":
La vihuela de arco fas dulces devailadas,
adormiendo a las vezes muy alto a las vegadas,
bozes dulces, sabrosas, claras e bien punteadas,
a las gentes alegra, todas las tiene pagadas.»
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"Las Cantigas de Santa María" (mediados del siglo XIII-1284) constituyen el cancionero religioso medieval de la literatura en galaico-portugués, frente al profano que estaría constituido por las cantigas de amigo, de amor, de escarnio y de maldecir.
Se trata de un conjunto de cuatrocientas veintisiete composiciones en honor a la Virgen María. La mayoría son cantigas que relatan milagros sucedidos con la intervención de la Virgen.
Existen dudas sobre la autoría directa del rey Alfonso X el Sabio, pero nadie duda de su participación como compositor en algunas de ellas, siendo al menos diez de indudable atribución al rey.
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