Al margen de la pintaza que tienen todas vuestras recetas,me encanta la compenetracion que teneis.En estos tiempos de tanta crispacion vienen bien vuestras buenas vibraciones.GRACIAS!
@gladysmariadelourdes697212 күн бұрын
Gracias! Se ve muy rico y "sin Tacc!" Bravo!!!👏🏼👏🏼👏🏼❤🇦🇷
@yolandapinto230917 күн бұрын
Viva Galiza , boa comida sempre😋
@abelruizrevert30914 күн бұрын
Sois unos grandes cocineros , ya he hecho varias recetas vuestras y he triunfado con mi familia , un saludo y un abrazo ❤ desde Torrevieja un seguidor con cariño 👨🏻🍳
@gemmasr570717 күн бұрын
Seguro que está muy bueno !!! Gracias chicos !!!
@inesalonsoruiz552312 күн бұрын
Wooo de.maravilla❤❤❤❤
@jarsr763915 күн бұрын
Sois una pareja de traca, me lo paso bien sólo viéndoos. 😂😂😂
@darkblade_30512 күн бұрын
Las dos variedades de pimentón más importantes en España son el de La Vera (Cáceres, Extremadura) y el de Murcia
@margaritasolis21709 күн бұрын
Claro que si, de gallego, nada , aunque en Galicia, como en toda España, es un condimento que se utiliza mucho .
@MM-jn4bs17 күн бұрын
Buena pinta! Se pueden sustituir los lacteos por otra cosa?
@kii60117 күн бұрын
Tremenda 🍽️
@hermanostorrestv17 күн бұрын
Brutal!
@roybatty199011 күн бұрын
La crema de leche es leche evaporada ¿no?
@mariaobregon960412 күн бұрын
Qué rico. Voy a ver qué tal sale en freidora de aire.
@josemfersev12 күн бұрын
Cuidado con la mandolina. Yo me corté la punta del dedo índice. Muy buena la receta.
@tinoal12 күн бұрын
💃💃💃💃👏👏👏👏👏💃💃💃💃💃🤤🤤🤤🤤
@VictorGonzalezAcero11 күн бұрын
Ufff con todo el respeto,limpias con un producto químico y no te lavas las manos para manipular los alimentos? Las patatas supongo que estarán lavadas de antes porque si no....
@milasanchezortiz212511 күн бұрын
Pero que puñetera manía le ha dado a todo el mundo con no pelar las patatas! Joer que asco
@roybatty199011 күн бұрын
Uy qué delicadita... con lo buenas que están las patatas con su piel.
@juanmanuelsantosalgaba70936 күн бұрын
Ah, los cachelos con lacón, ese símbolo inmaculado de la tradición gallega, elevado por su simplicidad y sabor auténtico. Lo que aquí se nos presenta bajo la excusa de una versión “transgresora” no es más que un ataque flagrante a los principios culinarios que definen nuestra cocina. Si esto es “toque Torres”, entonces será mejor que Galicia mantenga sus puertas cerradas, porque lo que aquí se propone no es una reinterpretación: es un sacrilegio con capa de queso derretido. Desde el inicio, los cocineros se excusan con un descarado “no vamos a explicar toda la receta al detalle, es nuestra versión”. ¿Perdón? No explicar la receta es la manera más conveniente de evitar responsabilidades cuando tu invento resulta ser un fracaso. Y esa insistencia en que “no haya controversia”… Más que tranquilizar, levanta sospechas: solo quien teme el juicio del público se refugia en defensas preventivas. Sigamos con el supuesto proceso. ¿Papel de horno? ¿Aceite, sal y pimienta en la base? Ya se empieza a ver que esto no tiene nada que ver con los cachelos. Lo que viene a continuación, cortar las patatas como monedas de céntimo y apilarlas cual milhojas, se siente más como un capricho visual que un intento de honrar el producto. Se juega con términos como “milhojas perfecto”, una floritura completamente innecesaria que reduce a las humildes patatas a ser el soporte de una coreografía absurda de capas. Los ingredientes son un desastre en sí mismos. La combinación de patata, pimentón, lacón, queso y crema de leche crea una especie de "chimichurri" gastronómico que no sabe a nada y no lleva a ninguna parte. El uso excesivo de crema de leche es particularmente preocupante, pues opaca los sabores naturales de las patatas y el queso, creando una textura grasosa y poco agradable. Se insiste en que esto es “un híbrido entre las patatas gallegas y un gratén francés”. La inclusión de crema de leche, que nadie pidió, rompe la esencia del plato y traiciona su identidad gallega. ¿Por qué no parar ahí? Ya que vamos de mezcolanzas, quizá podrían haber añadido curry o alga nori, total, parece que la coherencia es opcional. Luego está el queso. ¿Gallego? ¿Manchego? ¿Qué más da? Aquí queda patente que la receta no sabe a qué puerto quiere llegar, y mientras los sabores de Galicia se ahogan en crema y grasa, uno no puede evitar preguntarse: ¿en qué momento el lacón pasó a ser un acompañante discreto en lugar de la estrella? Ese repetitivo montaje de capas con más pimentón, queso, y lacón parece diseñado más para el espectáculo que para el disfrute culinario. Se advierte incluso un exceso de generosidad con el queso rallado, que, en lugar de unir los sabores, los sepulta bajo un manto de pesadez innecesaria. La promesa de “sabores concentrados” tras 50 minutos en el horno se convierte, probablemente, en una pasta irreconocible donde todo sabe a todo y nada a nada. El resultado final, descrito como “espectacular”, no es más que un monumento a la confusión gastronómica. Ese milhojas que tanto se celebra parece más una construcción de ego que un plato pensado para realzar los sabores. Y la invitación a acompañarlo con una ensalada fresca suena a intento de aligerar un plato que ya está irremediablemente condenado a la pesadez. Los cachelos no necesitan reinvención, y menos aún este tipo de reinterpretaciones que borran su alma en nombre de la modernidad mal entendida. Lo que aquí se presenta no es un homenaje: es un intento fallido de disfrazar la tradición con pretensiones que ni siquiera logran ejecutar correctamente. Si el resultado os parece “transgresor”, entonces estáis en el restaurante equivocado.