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I Domingo de Cuaresma, Ciclo B.
“fue tentado por Satanás”
Mc. 1, 13
En lo cotidiano nos enfrentamos al discernimiento, a la toma de decisiones, a las pruebas y tentaciones. Jesús no fue ajeno a nuestras realidades. Sin embargo, no sucumbió, sino que supo mantenerse firme en su opción fundamental.
El espíritu del mal quiere hacernos caer, desistir, abandonar el propósito de ser firmes y fieles, busca el facilismo. Todos pasamos por momentos de desierto y es allí donde se fortalecen nuestros criterios de vida o donde terminamos cediendo a las tentaciones…
La invitación es a abrazar nuestros “desiertos” con la fuerza del Espíritu; a dar cumplimiento al tiempo de Dios, sin excusas ni conveniencias, y a reconocer y renovar oportunamente una vez más la alianza de amor con Dios pues “la vida se deteriora cuando la persona vive sin proyecto ni ideal alguno, cuando desarrolla unas relaciones exclusivamente utilitaristas, y satisface de manera incontrolada sus pulsiones, llenando su vida sólo de cosas” (J. Pagola).
Meditación por: Eduard Alberto Padilla Moncada, Pbro.
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