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III Domingo de Adviento, Ciclo B.
“Enderecen el camino del Señor”
Jn. 1, 23
Hoy hay voces que nos invitan a cambios profundos en nuestra vida. Por ello hay que revisar el estilo de vida, de relaciones, de dependencia a personas, de adicciones… Sin embargo, hoy hay también muchos que echan a perder su vida invocando sus derechos, olvidando que, aunque aparentemente todo está permitido no todo conduce al Reino de los cielos.
El testimonio de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo recuerdan a Juan el Bautista que dio testimonio de la luz, pero él no era la luz. Es el claro ejemplo para todos: no brillan con luz propia porque el resplandor que reflejan en ellos les viene de Dios.
“La misión de este Adviento es ser voces que llaman a fomentar la espiritualidad del cuidado y la moderación en tiempo de excesos. Dios nos conceda encuentros sinceros y desinteresados para celebrar la Navidad con corazón agradecido.” Pues cada uno tiende a utilizar los medios de los cuales dispone para su edificación a autodestrucción.
Meditación por: Eduard Alberto Padilla Moncada, Pbro.
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