LA DEGOLLADA (YAIZA) - LANZAROTE

En lo más al sur de la isla canaria de Lanzarote se encuentra el término del municipio de Yaiza, un municipio de colores rojizos salpicados por pequeños pueblos de casas blancas. Uno de esos pueblos es La Degollada, el cual será objeto de las siguientes imágenes.
En Canaria, una degollada es un “paso entre alturas”, es decir, una depresión del terreno entre dos riscos o en la línea de un lomo, por donde suelen trazarse espontáneamente los pasos de un barranco a otro barranco o de una ladera a otra ladera.
En el caso de La Degollada, esta pequeña población se encuentra rodeada por el volcán de la Atalaya de Femés y por la Montaña del Cabo.
La Degollada, como hemos comentado, es un pequeño pueblo ubicado en un dibujado valle rodeado de las montañas descritas, situado a escasos kilómetros del núcleo urbano de Yaiza. Observamos en las imágenes su disperso caserío, desparramado por el valle Fenauso.
Este pequeño y diseminado caserío es un espacio tranquilo que ha logrado conservarse a lo largo de los siglos con la fuerza de sus moradores, Según diferentes fuentes históricas, el caserío de La Degollada existía ya en el año 1772, en el que el ingeniero militar José Ruiz Cermeño en su informe se le asignaba 7 vecinos, y Pedro de Olive en 1860 dijo que La Degollada contaba con 86 habitantes. A 1 de enero de 2023, según el INE, La Degollada contaba con 165 habitantes.
La Degollada es un pueblo de agricultores y ganaderos tradicionales, principalmente, que conserva la arquitectura de las casas blancas de una altura. En las imágenes podemos observar los pequeños viñedos de uva Malvasía que se encuentran plantados en las parcelas de este valle.
Para intentar conseguir una buena producción, sus agricultores buscan la humedad excavando hasta llegar al suelo fértil. Para ello, cavan grandes hoyos en la capa volcánica en forma de embudo, hasta llegar a la tierra vegetal y allí plantar de una a tres vides por hoyo. Una vez plantadas, el hoyo se recubre con picón. El conjunto, finalmente, se rodea con un murete de piedra volcánica que traza una media circunferencia. Este murete protege a la planta de los efectos del viento.
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