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Casi todas las cantantes femeninas en la actualidad cantan o bien como Anna Netrebko o como Renée Fleming (a excepción de las falsas mezzos que copian el terrorífico ejemplo de Cecilia Bartoli) y tanto ellas como sus imitadoras, efectuan su estridente canto con la laringe alta y sin trabajar en absoluto los registros de pecho y de falsetto.
Son voces sin educar.
Ambas tratan de ocultar sus carencias técnicas con manerismo y falsa musicalidad.
Ambas cantan en el "gesto cerrado de cantar", sufren de grandes tensiones en el cuello y tienen serios problemas con la lengua y por lo tanto no pueden articular libremente las vocales.
También tienen enormes problemas de constricciones lo que les impide cantar bien erguidas y con la mandíbula relajada.
Ambas tienen la voz completamente desigual, sin centro ni voz de pecho, sus vibratos son un defecto vocal en lugar de una función correcta de la voz y como con la laringe alta jamás aprendieron a girar el sonido a partir del Do5, ninguna tiene un sonido ni mínimamente aceptable para el pop.
Ambas necesitan amplificación para poder cantar en un teatro puesto que sus voces son débiles y carentes de resonancia.
Renée Fleming es el típico caso de soprano con voz aspirada, centro colapsado y ruido vocal.
En el caso concreto de Anna Netrebko además, canta oscureciendo artificialmente su voz, forzando hacia abajo la laringe (maniobra Valsalva) como cuando vamos al baño o levantamos un peso.
Estas son las divas de la lírica actual: voces chirriantes, estrechas, apretadas, sin "vuelo" ni chiaroscuro ni ningún tipo de refinamiento.
Este es el legado de la técnica moderna de canto y de sus div@s amplificados con micrófono: la parodia de la ópera.