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La Batalla de Otumba tuvo lugar el 7 de julio de 1520, en el valle de Otumba, cerca de la actual Ciudad de México, entre las fuerzas de Hernán Cortés y el ejército mexica, tras la Noche Triste, cuando los españoles y sus aliados tlaxcaltecas fueron derrotados en Tenochtitlán y se vieron obligados a huir.
Los españoles, en retirada, estaban en condiciones desesperadas, sin recursos y muchos soldados heridos o muertos. Sin embargo, al llegar al valle de Otumba, se encontraron con un gran ejército mexica que intentó aniquilarlos. La batalla fue feroz y parecía que la derrota de los españoles era inminente. No obstante, Hernán Cortés se lanzó directamente contra el jefe mexica que comandaba las tropas y, en un golpe decisivo, lo mató y capturó el estandarte que simbolizaba el mando. La muerte del jefe y la captura del estandarte desmoralizaron a los mexicas, quienes huyeron del campo de batalla.
La victoria en Otumba fue crucial para Cortés y sus hombres, ya que, tras la desastrosa Noche Triste, sus fuerzas estaban desmoralizadas y al borde de la destrucción. Ganar esta batalla les permitió reagruparse y reorganizarse en Tlaxcala para planificar el asedio final de Tenochtitlán, que culminaría en la caída del imperio mexica en 1521. Para los tlaxcaltecas, que eran aliados clave de Cortés, la victoria también fue significativa. Otumba reforzó su alianza con los españoles, puesto que ambos compartían un enemigo común: los mexicas. Esta alianza fue decisiva para la posterior conquista de Tenochtitlán.
Letra:
En los llanos de Temalcatitlan,
Se oyen gritos, se alza el sol,
Los mexicas van en marcha,
Con su furia y su valor.
Rodeados en la batalla,
Cortés y su escuadrón,
Heridos, sin suministros,
Resisten la opresión.
En círculo los piqueros,
Forman un muro de metal,
Con lanzas y corazas,
No hay vuelta atrás.
Otumba, donde el sol brilló,
Entre lanzas y espadas el destino cambió,
Con sangre y con honor, la muerte rondó,
Pero el estandarte azteca al suelo cayó.
Cuitláhuac dio la orden,
Que su hermano comandó,
Matlatzincatzin, la victoria soñó.
Pero Cortés vio el camino,
Y a Santiago invocó,
La caballería carga fuerte,
El destino los guió.
Otumba, donde el sol brilló,
Entre lanzas y caballos el destino cambió,
Con sangre y con honor, la muerte rondó,
Pero el estandarte azteca al suelo cayó.
La lanza de Juan de Salamanca,
A Matlatzincatzin alcanzó,
El estandarte de guerra,
Cortés lo arrebató.
Los mexicas rompieron filas,
Sin mando, se retiraron,
Y los tlaxcaltecas y españoles,
La victoria aseguraron.
Otumba, donde el sol brilló,
Entre lanzas y caballos el destino cambió,
Con sangre y con honor, la muerte rondó,
Pero el estandarte azteca al suelo cayó.
En Tlaxcala, el descanso llegó,
Cortés herido el triunfo logró,
En Otumba, el día se escribió,
Con valor y estrategia, el futuro se forjó.
Canción creada con IA.