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Cámara, entrevistas, texto y edición: Frank García
Voz en off: Karla Chavarría
Centro de Comunicación y Estudios Sociales (CESOS) - Matagalpa
Dos surcos, una calle. Otros dos surcos y otra calle. Dos surcos más y otra calle. Y el productor continúa con esa práctica hasta completar el área de siembra. Así de sencillo se estable el nuevo diseño de siembra, conocido como Sistema de Siembra a Doble Surco, cuya función principal es facilitar las labores culturales en la parcela de frijol.
Antes de todo, el productor tiene que grabar en el cerebro lo siguiente: los surcos y las calles se orientan con dirección a la salida del sol; o sea, de Este a Oeste, porque en esa ubicación recibirán las cinco o siete horas de luz solar, que las plantas de frijol requieren para su funcionamiento. Suficiente luz solar asegura plantas robustas, con hojas color verde brillante y abundante producción de vainas y granos de frijol.
¿Cómo hacemos el nuevo diseño de siembra?
El primer paso. Trazar el primer bloque de doble surco de la parcela.
Con una cabuya o mecate trazamos el primer surco: allí comenzamos a sembrar con distancia de 8 pulgadas entre cada golpe, poniendo en el primer golpe 2 granos, en el segundo golpe 3 granos, en el tercer golpe 2 granos y en el cuarto golpe 3 granos; con esas repeticiones se terminar el primer surco.
Luego con la misma cabuya o mecate marcamos el segundo surco, quedando separado del primero por 16 pulgadas. Y se procede a la siembra con los mismos procedimientos del primer surco.
El segundo paso. Marcar la primera calle de la parcela.
La calle marcada desde el primer doble surco, tiene un ancho de 30 pulgadas, suficiente espacio para hacer las labores culturales requeridas por el manejo del frijol.
El tercer paso. Fijar el segundo bloque de doble surco de la parcela.
Con el cuido de mantener el espacio de 30 pulgadas de calle, se coloca el segundo doble surco, repitiendo las mismas prácticas cuando se trazó el primer doble surco.
Estos tres pasos se repiten hasta finalizar la parcela de frijol y cuándo ya tenga práctica, dejar la cabuya o mecate que usó como guía.
¿Qué ventajas tienen los productores si adopta el nuevo diseño de siembra?
El primer impacto positivo es que el productor se ahora 30 libras de semilla para sembrar una manzana; con el nuevo diseño de siembra se requieren 70 libras, contra 100 ó 120 libras que se necesitan en un sistema tradicional.
Otro impacto importante es que estas distancias de siembra garantizan un eficiente monitoreo y control de plagas, enfermedades y malezas. El productor transita fácilmente para realizar esos constantes monitoreos y la aplicación de productos se dirige correctamente hacia el bloque del doble surco de su derecha.
También se minimiza la competencia de las plantas por requerimientos de nutrientes, luz solar, aire, agua y espacio para desarrollarse. Eso significa que si se presentan estas condiciones habrá más vainas por plantas, mayores granos por vaina y por supuesto más cosecha por manzana.
Y otro aspecto de relevancia es la rotación en la siembra; porque en el siguiente ciclo el productor sembrará en el espacio ocupado por la calle y no repetirá en el bloque de doble surco.