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Madre e hija hay una sola
Los personajes “duplicados” en las telenovelas son un clásico del género, pero siempre se trata de hermanos/as gemelos/as. En 1990, Verónica Castro decidió volver con todo a la televisión y a su papel de productora de Mi pequeña Soledad le sumó dos papeles más: el de madre e hija. Isadora “de 38 años” y Soledad “de 20 años” convivieron a lo largo de los 160 capítulos de la historia, con un cambio de peluca y lentes de contacto para permitir diferenciar a cada una.
En el último capítulo, madre e hija se reúnen después de atravesar un sinfín de padecimientos pero la tragedia se reserva el golpe más fuerte para un final de proporciones épicas, en donde Isadora muere imprevistamente en medio de un festival de fuegos artificiales.
Sabemos que estamos espoileando el desenlace de la tira, pero semejante secuencia merece ser vista una y otra vez.