Esto es un modesto homenaje a mi amiga Maricruz Delgado
@palainalvaro5 жыл бұрын
MARICRUZ DELGADO es Cantautora, de Abenojar (Ciudad Real) Animo a los Abenojenses a escuchar este video
@palainalvaro5 жыл бұрын
LA NACENCIA I Bruñó los recios nubarrones pardos la luz del sol que s´agachó en un cerro, y las artas cogollas de los árboles d´un coló de naranjas se tiñeron. A bocanás el aire nos traía los ruídos d´alla lejos y el toque d´oración de las campanas de l´iglesia del pueblo. Ibamos dambos juntos, en la burra, por el camino nuevo, mi mujé mu malita, suspirando y gimiendo. Bandás de gorriatos montesinos volaban, chirrïando por el cielo, y volaban pal sol qu´en los canchales daba relumbres d´espejuelos. Los grillos y las ranas cantaban a lo lejos, y cantaban tamién los colorines sobre las jaras y los brezos, y roändo, roändo, de las sierras llegaba el dolondón de los cencerros. ¡Qué tarde más bonita! 2¡Qu´anochecer más güeno! ¡Qué tarde más alegre si juéramos contentos!... 2 De la rama d´arriba d´un guapero, con sus ojos roendos nos miraba un mochuelo, un mochuelo con ojos vedriaos como los ojos de los muertos... ¡No tengo juerzas pa dejagla sola! ¿pero yo de qué sirvo si me queo? Me juí junt´a mi Juana, me jinqué de roillas en el suelo, jice por recordá las oraciones que m´enseñaron cuando nuevo. No tenía pacencia p´hacé memoria de los rezos... ¿Quién podrá socorregla si me voy? ¿Quién va po la comadre si me queo? Aturdio del tó gorví los ojos pa los ojos reondos del mochuelo; y aquellos ojos verdes, tan grandes, tan abiertos, qu´otras veces a mí me dieron risa, hora me daban mieo. No cantaban las ranas, los grillos no cantaban a lo lejos, las bocanás del aire s´aplacaron, s´asomaron la luna y el lucero, no llegaba, roändo, de las sierras el dolondón de los cencerros... ¡Daba tanta quietú mucha congoja! Daba yo no sé qué tanto silencio! 3 M´arrimé más pa ella; l´abrasaba el aliento, le temblaban las manos, tiritaba su cuerpo... y a la luz de la luna eran sus ojos más grandes y más negros. Yo sentí que los míos chorreaban lagrimones de fuego. Uno cayó roändo, y, prendío d´un pelo, en metá de su frente se queó reluciendo. Señó, tú que lo sabes lo mucho que la quiero. Tú que sabes qu´estamos bien casaos, Señó, tú qu´eres güeno; tú que jaces que broten las simientes qu´echamos en el suelo; tú que jaces que granen las espigas, cuando llega su tiempo; tú que jaces que paran las ovejas, sin comadres, ni méicos... ¿por qué, Señó, se va morí mi Juana, con lo que yo la quiero, Toito lleno de tierra le levanté del suelo, le miré mu despacio, mu despacio, con una miaja de respeto. Era un hijo, ¡mi hijo!, hijo dambos, hijo nuestro... 4 Ella me le pedía con los brazos abiertos, ¡Qué bonita qu´estaba llorando y sonriyendo! Tié que ser campusino, tié que ser de los nuestros, que por algo nació baj´una encina del camino nuevo. Asina que nació besó la tierra, que, agraecía, se pegó a su cuerpo; y jue la mesma luna quien le pegó aquel beso...