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El 4 de Diciembre del 2017, después de tomarse 2 semanas de vacaciones autoimpuestas, Derrick Rose vuelve al equipo, los Cleveland Cavaliers.
Cuando Rose dejó el equipo, sin previo aviso, un montón de preguntas vinieron a la cabeza.
¿Era esa la última vez que veríamos a Derrick Rose jugar a basket?
¿Se estaba rindiendo después de tantos intentos fallidos de volver a su máximo nivel?
¿Le ganaron la batalla las lesiones? O incluso, había perdido la pasión por el juego?
Tantas preguntas sin responder. Lo que si que era seguro, es que Rose no estaba en el mejor de los estados mentalmente.
Rose era un jugador muy, pero que muy especial. Fue seleccionado el primero en el draft por el equipo de su ciudad natal, Los Chicago Bulls. Su primera campaña en la NBA fue tan impresionante que consiguió hacerse con el galardón del rookie del año en 2009 y parecía que se iba a convertir en uno d los mejores jugadores de la liga en el futuro próximo. D-Rose llego a lo más alto en 2011, cuando se convirtió en el primer jugador de los Bulls, desde MJ, en conseguir el MVP y lideró a los Bulls en el primer puesto de la Conferencia Este ese mismo año.
Desafortunadamente para los de Rose, quedarían eliminados cuando se enfrentaron al superteam del momento, los Miami Heat de LeBron.