Рет қаралды 123,030
4 de diciembre.
Rusia y el Vaticano intercambiaron embajadores por primera vez en el año 1474, hace más de 5 siglos. Sus relaciones diplomáticas se hicieron estables desde 1802, y no se interrumpieron hasta la Revolución de Octubre de 1917.
Pasaron 50 años hasta que un presidente soviético entrara en el Vaticano. Fue Nikolai Podgorny, quien en 1967 conversó durante una hora con Pablo VI. Pero todo siguió igual en las relaciones entre la URSS y el Vaticano.
La situación cambió tras el encuentro en el Vaticano entre Juan Pablo II y Mijaíl Gorbachov. Fue el primer y último presidente de la Unión Soviética que visitó el Vaticano.
Era el 1 de diciembre de 1989, pocas semanas después de la caída del Muro de Berlín. Al final del encuentro, Gorbachov prometió que la Unión Soviética autorizaría la plena libertad de culto.
El siguiente presidente ruso que se reunió con un Papa fue Boris Yeltsin, esta vez como primer presidente de la Federación Rusa.
Yeltsin invitó a Juan Pablo II a viajar a Moscú. Pero el papa dijo que esperaría a que le invitase el Patriarca Ortodoxo Ruso. La invitación no llegó nunca.
Vladimir Putin visitó a Juan Pablo II en dos ocasiones. Durante el último encuentro, el papa le mostró el icono ruso de la Vírgen de Kazán que tenía en su habitación. Juan Pablo II lo regaló a Rusia algunos meses antes de morir.
Putin y Benedicto XVI se encontraron en Roma en marzo de 2007. Hablaron en alemán, sin necesidad de intérpretes. Putin domina ese idioma porque trabajó en Dresde, Alemania, como agente del KGB desde 1985 hasta la Caída del Muro de Berlín.
Tras aquel encuentro, el entonces presidente ruso y el Papa pidieron el fin de todo extremismo e intolerancia porque amenazan la convivencia entre las Naciones.
Durante todos estos años, las relaciones diplomáticas entre Rusia y el Vaticano ghan sido más políticas que religiosas. En Rusia hay 135 millones de ortodoxos y sólo 1 millón de católicos. Por eso, el gobierno apuesta por el pragmatismo: el Kremlin no quiere que la sintonía entre la Plaza Roja de Moscú y la Plaza de San Pedro, empañe sus buenas relaciones con la Iglesia Ortodoxa Rusa.
JMB
CTV
WP