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El Taichi Chuan es, hoy en día, un deporte no competitivo orientado a la salud integral mente-cuerpo con un fuerte trasfondo espiritual heredado de la tradición Budista Chan y del Taoísmo filosófico y alquímico.
Los ejercicios básicos trabajan para abrir el cuerpo en formas específicamente requeridas por la mecánica de las diversas formas. Estos ejercicios básicos también masajean los órganos internos e introducen la respiración diafragmática profunda que, en coordinación con los movimientos corporales, son un sello distintivo del Taichi chuan.
Las posturas estáticas juegan un rol fundamental para desarrollar las cualidades tales como la habilidad de hundir el Chi, movilizar a voluntad el tejido miofascial y finalmente poder movernos con un mínimo de esfuerzo muscular.
La Forma es una secuencia de movimientos que dadas sus características únicas promueven la movilización de energía vital Chi, oxigena los órganos y tranquiliza la actividad mental. Existen muchas formas en un estilo y, muchos estilos de Taichi Chuan, sin embargo, todas tienen algunos principios en común.
En Tai Chi Chuan se usa la mente (Yi) y no la fuerza. Desde el principio al final no hay interrupciones y los movimientos se enlazan unos con otros de forma natural. Todo es completo, continuo, circular e interminable. Esto expresa la idea de continuidad en un sólo Chi, “como un gran río fluyendo sin fin“. Buscamos unir el interior con el exterior, armonizando nuestra atención con la respiración y los movimientos del cuerpo.
Luego de un proceso de entrenamiento prolongado (toma años), Las cadenas musculares terminan de conectarse mediante el tejido fascial. La fascia es un tejido que envuelve y protege los órganos internos, al igual que a los músculos y al compactarse formando tendones los conecta con nuestros huesos.
La fascia además posee propiedades piezoeléctricas, es decir es capaz de generar un leve potencial eléctrico al ser sometidas a tensión o presión.
Una vez que hemos conseguido abrir nuestras articulaciones y liberado el tejido muscular, nuestra fascia se interconecta formando una capa sub dérmica que permite el libre flujo de Chi.
En este punto la práctica del Taichi cambia y se orienta a acumular Chi en un centro energético ubicado bajo el ombligo llamado Dantien.
Además de refinar los movimientos de la forma, se comienza el trabajo en parejas mediante una serie de ejercicios llamados Tui Shou (Empuje de manos).
El ejercicio busca desenraizar - es decir, despegar del suelo- al compañero. Su propósito es doble. Primero se trata de aprender las técnicas básicas de ataque y defensa (manos hábiles).
... y luego para aprender a aplicar el control adquirido sobre nuestra fascia en controlar el tejido miofascial de otra persona (manos misteriosas).
Debido a que este tipo de poder solo puede ejercerse cuando el cuerpo se encuentra en un estado de relajación, es necesario cultivar la serenidad, la paz interior, aprender a mantenerse tranquilo en cualquier situación.
De esta manera el arte marcial se transforma también en un camino espiritual.
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