se pueden acordar los bailenenenses a la expresión, yo ya estoy apañao, tan típica en el pueblo. También pueden contar en pleno boom del ladrillo había trabajadores cobrando el paro y trabajando en los famosos tejares o fábricas de macetas y les sorprendió la crisis sin paro ni ayudas. Ni que decir tiene que los jefes hacían lo que querían, pagar lo que querían sin respetar las leyes laborales. Aquello fue una vergüenza y a mi me tocó vivirla. Por suerte hace muchos años me fui de allí