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En 1895, esta escultura de bronce apareció durante unas obras en el casco antiguo de Pamplona. Representa la figura de un togado. Es una pieza de extraordinario valor.
En 1906, su descubridor y propietario, según la ley de entonces la reclamó. Su rastro se perdió en el mercado internacional de arte antiguo.
En 1985 es subastada en Nueva York. Fue adquirida por el millonario J.W. Kluge.
El togado regresa a Pamplona en 2022. Su actual propietario la deja en depósito en el Museo de Navarra durante dos años.