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Desde el año 2005 que los automotores españoles provenientes de Renfe (España), brindan servicio en la región del Biobío y principalmente en Biotren, donde fueron destinados siete trenes para el proyecto Biovías, sin embargo ante las constantes fallas de los automotores AEL y AES que hacían servicios rurales, los automotores UT-440 debieron reforzar la flota del tren rural, donde incluso se requirió de unidades provenientes del servicio Metrotren que llegaran a la zona centro sur del país para apoyar en temporada alta, donde se requerían más trenes.
Con el pasar del tiempo hubo un canje de trenes entre los de Santiago y Concepción, lo que culminó con homologar los colores de ambas unidades al esquema naranjo de Biotren y facilitar los cambios de equipos en la temporada de verano. Posterior a ello, para fines del 2011 comienzan a integrarse progresivamente los automotores 440 al tren Corto Laja, siendo un nuevo servicio regular que incluyó la incorporación de baños al vacío en algunos equipos.
Para el año 2015 con la extensión del Biotren a Coronel y la llegada de nuevos trenes a la Región Metropolitana, aumenta la flota considerablemente a doce equipos y con un préstamo de dos unidades adicionales que harían un total de 14 trenes para la región del Biobío, lo que se mantuvo hasta hoy.
Los UT-440 son equipos fabricados entre mediados de los 70 y principio de los 80 en España por CAF, siendo la flota de trenes más numerosa que ha tenido la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles y a mediados de los años 90, durante la administración del presidente Frei se adquieren los primeros trenes refaccionados para Chile, adquiriendo la serie UT-440 para el Metrotren, servicio que se hacía regularmente con automotores AEL.
El aumento de la flota de estas unidades se incrementó tras la administración del presidente Lagos, pero debido a grandes problemas que presentaron los trenes en su operación fue duramente criticada y reprochada la compra de trenes de segunda mano, lo cual trajo una investigación posterior a la adquisición de estos equipos y de los servicios realizados tras una compra sin licitación previa, lo que concluyó en una gran deuda para la Empresa de Ferrocarriles del Estado.
A pesar de todo el conflicto político y económico que trajo la compra del material español, ha demostrado ser un tren bastante bueno, ya que se ha desempeñado bastante bien en los tramos asignados y han durado más de dos décadas en servicio en Chile y tienen casi 40 años de vida.
Personalmente al enterarme que sería la última semana de operación de estas unidades, decidí viajar y despedirme como el niño que creció junto a estos trenes, yendo a grabar al mismo lugar donde solía ir cuando pequeño, recorrer el tren y viajar en la cabina con quienes me conocieron como un pequeño amante del ferrocarril y que hoy en día son mis colegas dentro del rubro. Más que mal son 15 años con estos trenes, algo no menor y que queda en la retina de cada penquista que ha utilizado el servicio Biotren y Corto Laja, quienes podrán disfrutar de un nuevo material rodante, y que mejor que adaptarse a los trenes más modernos de Sudamérica para despedir a los viejos 440.
A pesar que van a quedar algunas unidades de refuerzo, ya no será común verlos circular por la zona como lo era hasta ayer, sin embargo su jubilación permitirá distribuir a estos trenes a otras localidades y hacer nuevos servicios comerciales, porque UT queda para rato.